
Se estima que 8% de los niños y adolescentes presentan migraña. Es una de los principales motivos de consulta neurológicos en clínicas pediátricas y de la especialidad de la neurología pediátrica. Tiene impacto en diversas esferas de la vida y las evaluaciones de índices de Calidad de Vida tienden a mostrar resultados que nos indican la necesidad de intervención, especialmente preventiva.
La migraña es una condición crónica y como en todas ellas, la instrucción adecuada del paciente, su involucramiento en el tratamiento, contribuye a los mejores resultados (Barmherzig, 2020). El paciente y su familia deben asumir un rol protagónico en la prevención y tratamiento de los episodios de migraña, esto incluye varios aspectos generales:
a) Conocer sobre el cuadro, su fisiopatología, manifestaciones clínicas y otros aspectos.
b) Aprender a llevar un registro de episodios que permitan identificar factores desencadenantes o factores que contribuyan a empeorar los cuadros.
c) Asumir el control de ciertos aspectos de la vida que le permitan llevar una vida, en términos generales, saludable.
d) Evitar la audomedicación y otros factores que contribuyen a la perpetuación y deterioro en las manifestaciones.
CONTROL DE PESO
En nuestra época el porcentaje de población pediátrica (niños y adolescentes) con sobrepeso u obesidad es alto. Es parte de esa epidemia global que estamos observando.
¿Qué relación guarda con la migraña?
– En general, el riesgo de migraña en la población con sobrepeso (IMC entre 85-94 percentil) y obesidad (IMC mayor de 95 percentil) implica un riesgo 60% mayor de padecer migraña que el riesgo de la población general (Robberstad, 2010)
– Recordemos que el sobrepeso y la obesidad condicionan un medio interno de inflamación permanente con todas sus consecuencias fisológicas y metabólicas. Se ha evidenciado de un aumento de liberación de neurotransmisores relacionados con inflamación (serotonina, por ejemplo) y de moduladores inmunes (adiponectina, por ejemplo) que tienen implicaciones, además de en la obesidad, en la migraña (Oakley, 2014)
– Hiperinsulinismo y alteración del metabolismo de la glucosa.
– Entorno de vida poco saludable en general.
El control del peso es, entonces, un factor clave en el tratamiento preventivo de la migraña y de las cefaleas en general.
¿QUÉ MEDIDAS PODEMOS TOMAR?
Cuidar el desayuno.
Se ha visto que los pacientes con migraña y poco control de sus cuadros suelen saltarse el desayuno o hacer un desayuno de mala calidad en general.
El desayuno debe proveer entre 25 y 30% de los requerimientos calóricos y de nutrientes diarios. Es un tiempo de comida que debemos cuidar con especial esmero.
Ejercicio físico.
El deporte aunado a dieta sana y balanceada, contribuye de manera significativa al control de peso. El deporte por sí solo logra resultados más limitados o solamente temporales.
Es importante tomar en cuenta la necesidad de hidratarse adecuadamente antes de las prácticas deportivas y no realizar actividades extenuantes, en ese caso pueden tener el efecto contrario y ser disparadores de cuadros de migaña.
Dieta sana y balanceada.
Alimentos de temporada y locales, evitando productos procesados o con colorantes-preservantes-saborizantes articificiales. Es importante observar si el glutamato monosódico desencadena cuadros de migaña, en ese caso es prudente evitarlo (siempre es prudente evitarlo).
Hidratación.
El consumo de agua a lo largo del día es un factor que por si mismo tiene un gran impacto en el tratamiento preventivo de la migraña. Se considera que hasta la mitad de los niños y adolescentes no tienen una hidratación adecuada a lo largo del día.
BIBLIOGRAFÍA
Oakley C, SCher AI, Recober A, Lee-Peterlin B. Headache and obesity in the pediatric population. Current Pain and Headache journal 2014; 18(5): 416
Robberstad L, Dyb G, Hagen K, et al. An unfavorable lifestyle and
recurrent headaches among adolescents: the HUNT study. Neurology 2010; 75: 712e717.