Sin modificaciones al entorno, el éxito de muchas intervenciones puede ser limitado o incluso no darse.
El entorno abarca dos componentes:
a) El físico
Abordar los Trastornos del Neurodesarrollo requiere de modificaciones tanto en el ambiente físico en el que la persona se desenvuelve, como en las personas que con el conviven, que están a su alrededor.
Es tan importante que en casos de TDAH, cuando el entorno es trabajado, modificado, estructurado, el estudiante con TDAH puede discurrir con mucha facilidad, incluso aminorarse en diversa medida las manifestaciones relacionadas con su condición.
En autismo, incluso el mismo DSM-5 reconoce que puede no manifestarse sino hasta que las condiciones del «entorno» lo condicionen. Pero leamos esto para que no sea fuente de error y pensar que el autismo puede «aparecer» de pronto en la vida sin nada de historia previa: «pero puede no manifestarse TOTALMENTE hasta que la demanda social supere las capacidades limitadas…» Es decir, que un contexto puede facilitar que un cuadro no se manifeste totalmente, pero un contexto no del todo funcional o disfuncional del todo si provocará que aquello ocurra.
La intervención en los trastornos del neurodesarrollo, estoy convencido de esto, no inicia en la persona que presenta la condición, inicia en el contexto de esa persona.
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