Comentaba una persona en un muro de Facebook que para el diagnóstico de Trastorno del Espectro Autista se requería disponer de los resultados de un ADOS-2. Una afirmación que, en definitiva, está equivocada y no tiene argumento válido que pueda sostenerla.
Así me he encontrado otras expresiones en conversaciones, publicaciones en redes sociales y otros medios:
- «¿Qué prueba le hicieron para diagnosticarle de TEA?»
- «Si no le hicieron ninguna prueba, entonces no pueden diagnosticarle.»
- «Tienes que hacerle los estudios genéticos para que se demuestre que es TEA.»
No es que no sea necesario hacer pruebas, no es que sus aportes no sean valiosos, no es que no debamos hacerlas en absoluto, es, sencillamente, que tenemos que ubicarles en su justa dimensión.
¿Y cuál es la justa dimensión? Toda prueba solicitada deriva de la historia y las observaciones clínicas. No se hacen pruebas para ver qué sale, se hacen porque hay un esquema diagnóstico elaborado en la mente del clínico, plasmado o no en papel. Las pruebas se solicitan y se interpretan en función de este plantemiento hipotético inicial, son parte del proceso científico que siempre, siempre, siempre parte de LA OBSERVACIÓN.
EL PAPEL DE LA PSICOMETRÍA
La psicometría es una rama de la psicología experimental que busca le medición de funciones y habilidades cognitivas e intelectuales de los individuos que evalúa. Sus aportes, sin duda alguna, son siempre valiosos siempre y cuando cumplan con una serie de requisitos:
a) Que el evaluador conozca de desarrollo, conducta y aprendizaje, así como de su evolución a lo largo de la vida y el impacto de diversas variables ambientales en su desempeño cognitivo, intelectual, emocional y conductual en general. Además de esto el evaluador debe manejar términos estadísticos y tener conocimientos suficientes para correlacionar variables, así como trazar su evolución en el tiempo.
b) Que el evaluador sea un buen observador acostumbrado a dar espacio al individuo evaluado, recoger información con notas adicionales a las pruebas que utiliza, que pueda interpretar esas notas en contexto y darles el valor que les corresponde. Que pueda ser objetivo a lo largo de todo el proceso.
c) Que el evaluador diseñe la evaluación a partir de los datos de una historia clínica muy bien recogida y después de suficiente tiempo de interacción con el paciente. Para esa interacción inicial puede recurrir a diversas estretegias, incluso a pruebas mismas que permiten romper el hielo y establecer rapport.
d) Que las pruebas se ajusten al paciente y no viceversa.
e) Que el individuo evaluado esté en condiciones apropiadas para participar en el proceso.
f) Que el evaluador, al final del proceso, pueda redactar un informe claro, conciso y concreto que sirva de apoyo a las medidas de intervención que se implementen en favor de la persona evaluada.
Esto entre otras cosas.
La psicometría da conclusiones que corresponden al clínico interpretarlas en su contexto. Es decir, no son conclusiones absolutas, inmutables, determinantes. ¿Qué quiere decir esto? Que la psicometría es una ayuda a la clínica y no algo que en sí misma puede resultar como definitiva.
¿CUÁLES SON LOS GOLD STANDARD EN EL DIAGNÓSTICO DE TEA?
Los únicos Gold Standard en el diagnóstico de TEA son dos:
1. La historia clínica bien tomada, detallada y recogida adecuadamente en el registro clínico
2. La observación e interacción con el paciente.
Todo lo demás es complementario, puede necesitarse o no y no hay otros Gold Standard.
EL DIAGNÓSTICO DE TEA SEGÚN DSM-5 Y CIE-11
El diagnóstico de Trastorno del Espectro Autista es un diagnóstico clínico, no depende de ninguna prueba psicométrica para su formulación. No requiere de disponer de los resultados de ADI-R y tampoco de ADOS-2, estas son valiosas ayudas, pero no imprescindibles, no necesarias para un diagnóstico que descansa, fundamentalmente, en la observación y registro de determinadas conductas aunada a la experiencia de quien observa o de quien formulará el diagnóstico.
Estas conductas en el caso de DSM-5 se han ejemplificado en una serie de criterios englobados en alteraciones cualitativas de la comunicación social y patrones estereotipados y/o restrictivos de conducta. Estos derivados de la triada que Lorna Wing propuso en su momento: alteraciones cualitativas de la comunicación, alteraciones cualitativas de la interacción social y presencia de patrones estereotipados y/o restrictivos de conducta. En el caso de CIE-11 ejemplifica un perfil y hace ver con claridad la experiencia de quien diagnostica como elemento indispensable.
No comentaré sobre los criterios que propone DSM-5, pero quiero aclarar que no son una receta de cocina o una fórmula química, son ejemplos de conductas observables, pero ejemplos que no agotan las posibilidades de expresión conductual como claramente lo indica el manual.
Dejo acá unos enlaces a otros artículos sobre este tema:
Seguiré en dos partes más:
Parte dos
– El diagnóstico de TEA en DSM-5
– Qué pruebas sugieren DSM-5 y CIE-11 que deben hacerse en TEA
Parte tres
– Comentarios sobre ADOS-2
– El costo de los Gold Standard y qué se necesita en realidad
