ENDEUDADOS CON UN GUSANO.

El ser humano es sorprendente en todo sentido. Los alcances de su curiosidad científica no tienen límites, más que los que la ética delimita con mucha rigurosidad. Cuando esos límites éticos se traspasan, ya no hay ciencia sino aberraciones que se vuelven en contra del mismo ser humano.
Pero no llamemos límites a las referencias que nos da la ética, porque no restringen ese universo inmenso en el cual se mueve el interés por plantear hipótesis, seguir un proceso para su comprobación o descarta y luego, con el mismo entusiasmo, volver a iniciar una y otra vez de forma indetenible; porque la ciencia vuela libre, igual que la imaginación del científico (cada ser humano es un científico).

EL CONECTOMA
El encéfalo es maravilloso, nos abre su universo de complejidad para que lo exploremos, aprendamos de él y nos sorprendamos de sus maravillas, de sus sorprendentes procesos. A veces nos deja profundizar en sus secretos y otras veces se los reserva; así el neurocientífico recibe baños de gloria y de humildad a la vez. Momentos en los que toca la grandeza y momentos en los que debe reconocer que tiene, a pesar de su genialidad natural, algunas limitaciones.

Cuando el neurocientífico cree haber alcanzando una clara explicación, aparecen dos fenómenos que le recuerdan la necesidad de mantener una actitud reverente ante el conjunto de órganos que son sujetos de su investigación:
a) Aquello descubierto no es aplicable a todos, es decir, no es absolutamente universal
b) Aquello descubierto lo es así por un tiempo porque el encéfalo está continuamente haciéndose, modificándose, reparándose, ejerciendo un proceso que hemos tratado de englobar en el concepto de NEUROPLASTICIDAD.

THE HUMAN CONNECTOME PROJECT trabaja en uno de los planes más ambiciosos de la neurociencia: definir el conectoma humano. Ese conjunto de vías neurales que conectan las diferentes estructuras encefálicas, pero va mucho más allá, el mapeo de las conexiones incluso de las mismas neuronas. «La sinfonía dentro de tu cerebro», eso es lo que dice Francis Collins, director de este proyecto.
¿Cuál es el sentido de este tremendo proyecto? Son dos sus objetivos: a) entender de mejor forma a estas maravillosas estructuras y b) descubrir el fondo que pueden tener algunos procesos normales y patológicos que ocurren dentro del encéfalo. Es un camino a entender el sistema nervioso, dice Cornelia I. Bergmann.

UN ANIMALITO QUE NOS HA PERMITIDO AVANZAR TANTO
El C. elegans es un nemátodo (gusanos redondos o gusanos cilíndricos). Llamémosle C. elegans porque su nombre completo es un poco más complejo: Caenorhabditis elegans. Mide alrededor de 1 milímetro.

El conecctoma del C. elegans está descrito y bien reconocido, es el conectoma a nivel microscópico, es decir microconectoma. Este animalito es un modelo, un recurso valioso en la investigación biomédica, esto desde que Sidney Brenner lo propusiese para este propósito a mitad del siglo pasado.

Sabemos que este nemátodo tiene alrededor de 959 células de las cuales 302 son neuronas (Francis Collins). El mapa de conexiones de sus neuronas está definido y se presenta como una herramienta de mucha utilidad para el estudio de diversas enfermedades y trastornos del sistema nervioso.

Este animalito y su conectoma nos permitirán adentrarnos en el conocimiento de muchas enfermedades degenerativas y metabólicas. Así que estaremos y estamos en deuda con el Caenorhabditis elegans. La humanidad en deuda con un gusano.

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