ESPERAR TU TURNO
Me llamó mucho la atención ver que las plataformas para conferencias en línea tienen el ícono de «levantar la mano», esto como una indicación de solicitar turno para participar. ¡Excelente idea! Resulta muy incómoda una reunión en la que todos están hablando a la vez, en la que alguien acapara la conversación y nadie más logra opinar, en la que se interrumpe el flujo de ideas de otro y cosas por el estilo.
Este ícono fue llevado a estas plataformas desde la costumbre de la vieja escuela: «levantas la mano para indicar que se quiere participar».
Pero levantar la mano, además de poner orden y permitir que alguien pueda administrar ese orden, tiene en la escuela una serie de funciones más.
CONTRIBUYE AL DESARROLLO DE FUNCIONES EJECUTIVAS
De manera especial y evidente, desarrolla el control inhibitorio, función ejecutiva nuclear para autores compo Russell Barkley, y también para mi (aunque me da pena escribirlo habiendo escrito antes el nombre de este gigante de la investigación en TDAH y otras áreas). Esperas tu turno, inhibes la respuesta, aprendes a que llegue tu momento, logras autocontrol o te ayudan a lograrlo indicándote que aún no es tu turno, por ejemplo.
También desarrolla la memoria y la flexibilidad cognitiva. En lo que los otros opinan y llega nuestro momento, vamos escuchando sus respuestas, modificando la nuestra, agregándole elementos, manteniendo datos y manipulándolos en nuestra memoria de trabao. Nos saca a lo mejor del argumento que habíamos preparado, vamos elaborando nuevas ideas, transformándolas, adaptándonos de manera flexible a contextos cambiantes (aunque sea poquito)
DA ORDEN
Nos enseña que el orden es fundamental para el buen desarrollo de una actividad y, además, implica respeto por los otros.
En las clases, cuando las opiniones son pocas, suelo dar el turno inmediatamente o lo más pronto posible. Cuando son muchas las opiniones (tres o más) que se quieren compartir por parte de otros, lo que hago es anotar en la pizarra el orden de intervención. Si alguien interrumpe, le indico que aún no es su turno y que le corresponde a determinada persona, incluso cuando indican «es que se me va a olvidar», entonces le pido que anote algunas ideas en un papel en lo que llega su turno.
ENSEÑA A RESPETAR A LOS DEMÁS
Siempre resultan desagradables los que se cuelan o recurren a argucias para no esperar su turno. Adelantarse, colarse o todo eso es una indicación del poco respeto que se siente por los demás y eso no es sano para la convivencia.
SI SE PUEDE, LA ESCUELITA DE FRAIJANES
Esperar su turno, hacer fila, ponerse en orden de estatura o como sea pero guarda la fila y otras cuestiones relacionadas es conveniente seguir practicándolas en la escuela y en otros contextos.Una de las cosas que ha traído la vacunación contra la COVID-19 es la de aprender a esperar el turno que nos toca en la fila y como corresponde. Claro, siempre hay gente que deja de hacerlo, pero creo que esto nos ha renovado en esta práctica tan valiosa.
Hace unos años (prepandemia, claro), invitamos a los niños de sexto de una escuelita de Fraijanes dirigida por el maestro 100 puntos Mayckol Pocasangre. Cuando terminamos la actividad les dije «síganme» para llevarles a la merienda. Comencé a caminar y luego me detuve para ver a quienes venías tras de mi. ¡Tremendo! Venían en perfecto orden, una fila ejemplar, guardando su distancia y en estricto orden de estatura (eso evita que nadie se cuele con mucha seguridad), uno por uno fueron pasando a recibir su porción de pizza y refresco. Comencé a entender el por qué esa escuela funciona tan bien, luego ya conocí las instalaciones, a sus maestros y alumnos, sirvió para terminar de confirmar que cuando «la cabeza está bien, el cuerpo está bien».
CONCLUSIÓN
Aprender a esperar el turno es una práctica que debe expresarse en la escuela de distintas formas, resulta prácticamente reapéutico.Una maravillosa herencia de la vieja escuela.
