LÍMITES: NECESARIOS EN CASA Y EN LA ESCUELA.

Los límites ayudan a los hijos a saber qué es lo que pueden hacer y qué es lo que no pueden hacer.

Su sentido no es limitar la libertad sino orientar a los hijos, buena educación sin límites es algo imposible de lograr, un sistema de “libertad mal entendida” (es decir, libertinaje) produce hijos con grandes dificultades para funcionar adecuadamente dentro de las estructuras escolares y sociales en general.

La educadora María Rosas indica que un niño que no ha conocido límites dentro del ambiente de su hogar, con mucha dificultad aceptará los límites en otros ambientes; tarde o temprano se convertirá en una persona hostil, egoísta y agresiva, irrespetuosa. Es injusto permitir que un niño se enfrente a las situaciones de cada día sin saber qué es lo que puede hacer y qué es lo que no puede hacer, se les traspasa una responsabilidad que puede exceder su capacidad natural de funcionamiento; los padres tenemos el deber de enseñarles a nuestros hijos a funcionar ya llegará el momento, después de una larga enseñanza, en que ellos estarán en capacidad de tomar sus opciones con plena libertad (libertad significa optar por el bien; cuanto más supremo es el bien por el que se opta, mayor es la libertad. Hacer lo que yo quiero sencillamente porque quiero, sin tomar en consideración las consecuencias de mis actos y la bondad de los mismos, no es libertad, es libertinaje).Primera característica: deben ser razonables.

Primera característica: apropiados a su edad
Un punto importante a tomar en cuenta es que no funcionan en un niño los límites que en otro si lo hacen, esto quiere decir que debe tratarse a cada uno de ellos de manera individual. Los límites deben ser indicados de acuerdo a la edad de desarrollo de los niños.

Segunda característica: constantes
Falta de consistencia implica demasiada flexibilidad. Los límites no pueden funcionar de acuerdo a nuestro estado de ánimo, deben mantenerse independientemente de las circunstancias aunque algunas veces puede haber cierta flexibilidad dialogada previamente y explicada al niño con claridad indicándole las razones por las cuales se adopta en ese momento otro tipo de actitud y que esto no quiere decir que siempre será así.
Límites firmes y constantes dan seguridad, la falta de consistencia les confunde; la constancia les permiten un adecuado funcionamiento familiar y social. Teniendo límites claros y constantes un niño sabrá que sus padres son predecibles y les tomarán más en serio.
El padre debe exigir y acompañar para lograr el respeto al límite indicado y la madre debe exigir y acompañar para lograr el mismo respeto, la falta de acuerdo es formativamente desastrosa.

Tercera característica: claros
Explicados de manera apropiada, indicando lo que se puede y lo que no se puede hacer además de las consecuencias que traerá el no respeto al límite. Afrontar las consecuencias ayuda a aprender que todos nuestros actos tienen una proyección en nosotros mismos, en los demás y el mundo que nos rodea, debemos ser responsables de cada una de las cosas que hacemos y afrontar los resultados de nuestras acciones.
Algunos castigos son, en realidad, un serio problema para los padres y algo irrelevante para los hijos. Las consecuencias no deben plantearse nunca como castigos, sino como resultados de las propias decisiones, lo primero solamente conduce a un estilo de crianza punitivo, lo segundo ayuda a madurar a la persona y entender que toda acción conlleva una reacción y que nuestras acciones trascienden a los demás y a la sociedad en general.

Cuarta características: los necesarios
Establecer un complicado sistema de normas resulta en el incumplimiento de la gran mayoría de ellas. Las normas de funcionamiento en casa deben ser dos o tres, bien seleccionadas por ambos padres y de acuerdo a las necesidades de cada momento. Cuando estas normas son mantenidas con consistencia y constancia los niños las terminan asimilando e incorporando a su repertorio de conductas, entonces puede ser cambiadas por otras que sean necesarias.

Las normas que se seleccionen deben orientarse al logro del mayor funcionamiento familiar y social, incluso es conveniente escuchar a otras personas (profesores principalmente) sobre qué aspectos deben ser reforzados en cada momento.

No se trata de poner alambre espigado y un campo minado como límites, sino señales que favorezcan la decisión de conducirse de manera íntegra, respetuosa y consciente de que a nuestro alrededor hay otras personas.

Señales De Transito, Detener, Señal De Carretera
Imagen de 708993 en Pixabay

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