Es difícil tener una opinión concreta del caso ocurrido en un centro escolar de España y que terminó en tribunales. La información que dispongo procede de medios periodísticos y comentarios en grupos que tratan sobre Autismo y los TEA, no conozco la versión de la otra parte, ni siquiera la versión completa de los padres, pero puedo imaginar las cosas, porque esto que ahora ocurre en España y llega a tribunales, ocurre muchas veces cada día en ese país, en el mío y en el de todos sin que las cosas cambien, como deberían y como se esperaría que ocurriese en pleno siglo XXI, con tanto que hablamos de justicia social, inclusión y otras cosas. Lo que sí tengo claro es:
1. Las personas dentro del TEA y nosotros sus padres, pasamos, con mucha frecuencia, por situaciones complejas en las instituciones educativas. Decir «complejas», en realidad es muy suave porque para alumnos sin TEA y sus padres, estas serían intolerables. No es que las toleremos, es que vivimos en un estado de indefensión frente a una sociedad y autoridades que proclaman con su boca la inclusión, pero no la viven en su mente, ni en su corazón y mucho menos en la realidad.
2. Cuando se trata de luchar, la realidad es que nos quedamos SOLOS. En el mundo del TEA hay muchos afanes raros, alejados del interés colectivo de acuerparnos, de presentarnos como una voz en aquellos aspectos en los que podemos ponernos de acuerdo, porque, claro, es imposible estar de acuerdo en todo. Pero ni siquiera en aspectos básicos logramos tener acuerdo porque se anda buscando el protagonismo, la imposición de ideologías raras, el asumir la voz cantante en nombre de todos cuando nadie se los ha pedido y dejan al margen a los que muestran su desacuerdo.
Así algunos padres apoyan el cierre de las escuelas de educación especial o terapéuticas, cuando otros las consideramos la mejor opción para nuestros hijos.
El negocio del autismo nos ha dividido también, los intereses comerciales han permitido la intromisión de «entes» ajenos cuyo único fin es el expolio de padres angustiados que buscan curas y soluciones que se ofrecen como milagrosas para «curar» algo que no se puede curar.
3. Se le pide a esta familia que apele la sentencia… ¡Uff! ¿Alguien sabe el desgaste que implica andar en tribunales? ¿Con qué se paga eso? No quiere decir claudicar, pero ese es, precisamente, el espacio en donde deberíamos actuar en unidad y solamente les decimos «ve, ve, no te dejes, acá yo te apoyo desde el Facebook», como que si eso resolviese la situación.¿En dónde están esos colectivos autistas tan beligerantes con algunas cosas? ¿Ya aparecieron?¿En dónde están las asociaciones? ¿Ya aparecieron?No, no han aparecido, hasta donde yo sé, están desaparecidas, como que si no existiesen.
4. Ya muchos de nuestros grupos no están educando. Se han convertido en centros de promoción de ciertas sustancias y sus derivados, en espacios de confrontación, en sectas y el resultado salta a la vista inmediatamente: escandalosos niveles de ignorancia entre las personas autistas, padres de personas autistas, profesionales y la sociedad en general.
5. No hemos superado el que la sociedad considere a nuestros hijos o a nosotros mismos como «enfermos». La resolución del juez lo muestra claramente, un enfoque que provoca que se te retuerza el corazón, la lengua, los intestinos y todo. Mientras se leen los advetivos utilizados te quiebras del enojo y de la tristeza, te rearmas para seguir leyendo y te vuelves a quebrar una y otra vez.
Ya se ve, que estas nuestras luchas, por lo general, son individuales. Tú solo con tu hijo, luchando contra el mundo. Y luego vienen algunos queriendo dejarnos fuera cuando vivimos el autismo no en segunda persona, aunque sea el de tu hijo o hija, lo vives en primera persona todos los días de tu vida a cada instante.
Bla, bla, bla. Escribir por gusto se llama esto, probablemente nadie lo leerá y algunos de quienes lo lean dentro de este mundo del autismo me responderán con algunas de esas respuestas que se suelen recibir y que resultan hirientes o desagradables.
¿Qué hacer?
Por el momento enviarle al juez una explicación sobre los términos que ha utilizado en su argumentación. Probablemente no cambie su resolución en este caso, pero si para el futuro.
Dejar esta Babel del autismo, trataer de entendernos.
Apoyar a esta familia, algo que les corresponde a las asociaciones y colectivos españoles, especialmente los de su Comunidad Autónoma. Nosotros estamos muy lejos, pero podemos apoyar escribiendo al juez.
Dejarnos de chorradas (primera vez que uso esta palabra en un escrito o en mi expresión en general. Eduquemos, argumentemos, saquemos a los vendedores de nuestros grupos, saquemos a los conspiradores, saquemos a los abusivos, hablemos las cosas válidas, lo que nos permita avanzar y no enriquecer los bolsillos de tanto mercader esquilmador de nosotros, ovejass sin pastor.
Esto cansa, de verdad.
Cuando parece que hemos avanzado, terminamos dándonos cuenta que solo hemos hecho un tour por la vida y andamos aún por el principio.
Creo que estoy muy pesimista, es probable. Estas cosas entristecen. La verdad lo que me pone triste no es lo que hacen los otros afuera, sino lo que nosotros estamos haciendo adentro del autismo. Dios les bendiga a todos, un abrazo y a educar, que hace falta y mucho.
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