La evaluación rutinaria de crecimiento y desarrollo debe ser realizada en todos los niños durante sus visitas pediátricas de rutina o visitas específicamente programadas con ese objetivo. Esto especialmente en ese período inicial de los 1000 días, que incluye los tres primeros años.
En la evaluación rutinaria de crecimiento y desarrollo, apoyaría mucho un cuestionario sencillo a las familias pero idealmente, los pediatras, deberíamos poder utilizar cualquiera de los siguientes instrumentos:
-Denver Developmental Test II (es un instrumento práctico y muy difundido, aunque puede dejar de detectar a muchos niños con TEA consideramos que debe seguirse utilizando)
-Revised Denver Pre-screening Developmental Questionnaire
-Ages and Stages Questionnaire
-The BRIGANCE screens
-Child Development Inventories
Indicaciones absolutas para la evaluación inmediata
-No balbuceo para los doce meses
-No señala con el índice para los doce meses
-No hay emisión de una primera palabra como límite a los 16 meses
-No construye frases espontáneas (al menos dos palabras) para los 24 meses-30 meses
-Pérdida de habilidades sociales o del lenguaje en cualquier edad o en cualquier momento
“Esperar para ver qué pasa o cómo evoluciona” es el peor consejo que puede darse y no debe recibirse por ningún motivo. Los hitos del desarrollo tienen variabilidad en cuanto a la edad a la que se alcanzan, sin embargo cuando estos límites se exceden la conducta más correcta es investigar y realizar las consultas respectivas.
La American Academy of Neurology y The Child Neurology Society disponen de una guía muy clara sobre este tema.
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