Los trastornos específicos del aprendizaje escolar son Trastornos del Neurodesarrollo que pueden expresarse con dificultad en la lectura, dificultad en la escritura y dificultad en el cálculo-matemáticas. En contextos ideales puede afectar del 7 al 10% de la población escolar.
En el caso de los Trastornos Específicos del Aprendizaje con mayor dificultad en la lectura, hemos pasado por distintos modelos teóricos, algunos con mucho sustento neuropsicológico y otros con ninguno. Pasamos de las teorizaciones alrededor del sistema parvocelular y magnocelular para centrarnos en el desarrollo de la conciencia fonológica como fundamento nuclear de este tipo de problemas.
Actualmente sabemos que el asunto va más allá de la conciencia fonológica y no por eso se le resta importancia a este tema. Incluye aspectos como el funcionamiento ejecutivo-memoria de trabajo, la velocidad de denominación semántica, el nivel de vocabulario, la cultura general y otros aspectos lingüísticos y no lingüísticos dentro del que resalto la motivación. Se habla ahora del sistema de monitorización de errores, lo que la vincula más a las funciones ejecutivas.
Evidentemente para considerar esta posibilidad diagnóstica la enseñanza de la lectura debe ser apropiada y no acelerada como es la moda en estos últimos años (esa competencia no anunciada para ver en qué colegio aprenden a leer primero) y, además de ello, considerarlo en la edad apropiada y no prematuramente. Claro que podemos verificar la evolución de los predictores neuropsicológicos de la lectura como factor de riesgo sumado a los antecedentes familiares considerando que este tipo de cuadros tienen alta heredabilidad.
– La lectura se enseña a leer en el momento apropiado
– Es tan importante su enseñanza que debe hacerse sin prisa, no es una competencia, es un milagro de la plasticidad cerebral
– La lectura es indispensable para el progreso en la escuela, debemos darle importancia
– La enseñanza de la lectura solamente admite una posibilidad: ¡DEBE HACERSE BIEN!
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