MINIMAMENTE VERBAL
Durante mucho tiempo, al hablar o escribir de TEA, hemos utilizado el término «NO VERBAL» para referirnos a niños con muy poca o «nula» producción verbal (lenguaje expresivo verbal). Un término que ha resultado útil y claro en su contexto, descontextualizado pues no. Sin embargo, a pesar de práctico, no ha sido un término que nos deje del todo satisfechos para explicar la condición específica de una persona dentro del TEA que no habla.
En el párrafo anterior coloqué «nula» porque eso es muy raro, no sé si en realidad he visto en estas más de 3 décadas de ejercicio profesional, a una persona dentro del TEA con nulas producciones verbales. Y es que las onomatopeyas cuentan como palabras. De hecho la definición de la RAE de onomatopeya dice así: «Formación de una palabra por imitación del sonido de aquello que designa» o también «Palabra cuya forma fónica imita el sonido de aquello que designa».
Hace unos pocos años comenzó a usarse, sin mucha difusión en la literatura científica el término «NO HABLANTE», que por lo que anoté anteriormente, quedaría siendo poco claro y no haría referencia a la realidad. Suena bien, pero no del todo.No hablante implicaría que no tiene ninguna producción lingüística expresiva verbal y eso también considero que es poco probable o poco frecuente en TEA, por no decir infrecuente o no posible.
Recientemente se ha comenzado a utilizar el término «MINIMAMENTE VERBAL». Es más claro. Indica que las producciones lingüísticas verbales son mínimas o muy pocas, pero que están presentes. No nos dice que no son verbales y tampoco que no son hablantes, nos refiere a una realidad que resulta más clara: producen poco verbalmente, pero lo producen.
Intentaré asimilar el término a mi lenguaje contidiano. Hablado y escrito. Me parece útil, claro y razonable.

Interesante