
Me entristece, me molesta mucho, en realidad no sé qué es lo que siento cada vez que me topo con los comentarios de una persona supremacista muy extraña, demasiado extraña y cuya misión en la vida parece ser el hacer responsables a los padres de las dificultades que enfrentan las personas autistas en la actualidad.
Pero bueno, hay que aprender que personas así las encontraremos, me faltan muchas lecciones para aprender a dejarles de lado, elevar una oración al cielo para que se aclare su mente y paz para todos.
Si bien puede haber padres negligentes, hay muchísimos heroicos. Que se dejan la piel, el tiempo, las fuerzas y la vida por sacar adelante a su hijo autista, por ayudarle a ser autónomo y desplegar todo su potencial.
Hace años, los padres de personas autistas, hicieron lo que pudieron, con lo poco que había, pero se dieron duro con las ideas erróneas que circulaban en el entorno y dejaron paso a su instinto y sentido común. Algunas cosas no salieron bien, otras salieron mal y otras permitieron avanzar, el amor siempre les movió. ¿De qué son culpables? ¿Son culpables de amar? ¿Son culpables que en su época hubiese tal oscurantismo que apenas se divisaban tenues luces?Se dedicaron en cuerpo y alma, con todas sus fuerzas y más allá de sus fuerzas en una lucha incansable con un entorno poco o nada incluyente, lograron lo que se podía y más de lo que se podía con el limitado conocimiento disponible hace unos años, con la escasez de terapeutas y profesionales adecuadamente entrenados, rompieron paradigmas, no se dejaron y a la fecha no se siguen dejando porque no claudican en esa batalla sostenida en favor de sus hijos autistas.
Y ahora que hay más opciones, ¿qué hacemos los padres? Lo mismo que hicieron los que ya tienen a sus hijos autistas mayores: esforzarnos, dar espacio al dictado del amor, al sentido común. No detenernos, seguir avanzando y abriendo caminos en donde no los hay, recibiendo portazos de una sociedad que se considera «incluyente». Pero acá vamos.
Acá vamos, acá seguimos, no nos detenemos y mucho del avance de la ciencia en el autismo ha sido respondiendo a nuestras inquietudes, a nuestras preguntas.
Aunque algunos lo quieran, de esta lucha no nos desalojan.
Aunque algunos no lo acepten, no somos padres comunes.
Aunque algunos consideren que no lo estamos haciendo bien, pues la ingratitud no es la mejor paga y en esta vida todo retorna, ya recibirán la paga por sus descalificativos injustos, no es que se las desee, sencillamente llegará.
¡Estamos haciendo lo mejor que podemos! ¡Estamos dando lo mejor que tenemos!
¡Bien! Ahora respiro, cuento hasta tres y me voy a hacer el almuerzo… Se me pasa todo en la cocina.