
Cuando llega un chico a quejarse de algo, si la oportunidad lo permite, le pregunto: “¿cuál es tu parte de responsabilidad en esto?” A partir de eso vamos construyendo la argumentación y encontrando las soluciones oportunas que contribuyan a resolver el posible conflicto.
Esto siempre en un nivel personal porque en la medida que hay más personas comienza un proceso de dilución de la responsabilidad, de evasión de lo que personalmente corresponde abordar y de masificación. La masa no es responsable, la masa actúa instintivamente, eso lo saben los acostumbrados a manipular masas y saben que la masa puede llegar, en determinados momentos, a lo irracional como destruir los medios de producción cuando tienen hambre o los medios de transporte cuando necesitan movilizarse, por poner un ejemplo. La masa no busca razones, no busca explicaciones, solamente busca quien se las pague y hacer el cobro de manera colectiva porque la masa suele ser cobarde.
Hay un ejemplo al que recurro, es uno de los primeros hechos de la historia de la humanidad de acuerdo al relato bíblico.
- Dios preguntó por Adán
- Adán se escondía porque sabía que había hecho algo no adecuado
- Cuando Adán se vio descubierto culpó a Eva. Así evadió su responsabilidad.
- Al verse Eva descubierta, culpó a la serpiente. Así evadió su responsabilidad.
- La serpiente culpó a Dios, al menos eso es lo que imagino porque es lo que suele hacer.
Una cadenita de evasión de responsabilidad.
COVID-19 Y LA BÚSQUEDA DEL CULPABLE QUE NOS LAS PAGUE
Si las autoridades hacen tal toca, pues está mal. Si no las hace, pues está mal. Si hacen otra cosa, pues está mal. Para algunos o para muchos siempre estará mal lo que hagan las autoridades (de cualquier nivel), el problema es que, si se le pregunta a nivel individual por lo que ellos están haciendo, nos toparemos con interesantes sorpresas. En muchos casos nos toparemos con la cadenita de culpables del Jardín del Edén.
En todas las pandemias la masa busca al culpable y reclama que se las pague. Los judíos han sido pagaderos de muchas estas situaciones, lamentablemente. Cuando al mundo antiguo le asoló la peste negra, rápidamente responsabilizaron a este segmento de la población y los hicieron pagar de algo que no tenían responsabilidad. ¿Qué era el problema? Que los judíos no se enfermaban o enfermaban menos, entonces creyeron que ellos por magias o a saber qué cosas habían enfermado a los demás. La masa no pensó que los buenos hábitos de higiene que tenían por cuestión de su religión, contribuyeron a protegerles en buena medida. Pero la masa cobra sin pensar. Bocaccio hizo una interesante defensa, aunque sutil o subliminal, de los judíos en su obra “El Decamerón”, vale la pena leerlo desde esta perspectiva que me comentó mi esposa y que fue parte de un trabajo de investigación que realizó.
En esta pandemia se decidió culpar a los chinos. Hugo algunas reacciones xenófobas en diversos países, nuevamente la masa actuando. Y la carga se vino encima sobre los chinos en general. Ellos se convirtieron en los culpables globales. Los culpables particulares son las autoridades locales a distinto nivel, basta entrar a redes sociales para ver la forma en la que se les señala, parece que ellos trajeron el COVID-19 al país y lo rociaron por cada rincón para tenernos encerrados…
Lo señala con claridad Davis S. Jones citando a Charles Rosenberg en el editorial del 30 de abril del 2020 en The New Englad Journal of Medicine. La verdad no sé cuantos colegas leen los editoriales de las publicaciones médicas. A mi me gustan porque abordan un tema de manera breve, concreta y contundente, también introducen perfectamente al contenido de la publicación o a algunos de sus artículos. Vale la pena dedicarles un tiempo, no suelen ser mayores que una página, pero son valiosos.
“Epidemics unfold as social drama in three acts, according to Rosenberg.
The earliest signs are subtle. Whether influence by a desire for
self-reassurance or a need to protect economic interests,
citizens ignore clues that something is awryuntil the acceleration
of illness and deaths forces reluctant acknowledgment.
Recognition launches the second act, in which people demand
and offer explanations,Both mechanistic and moral.
Explanations, in turn, generate public responses.
These can make the third act as a dramatic and disruptive as the disease itself…”
Las epidemias ponen presión muy fuerte y de diverso tipo a la sociedad, parafraseando a Rosenberg, no solo la presión de la propia enfermedad sino de diversidad de factores más, algunos razonables o muy razonables, otros irracionales producto de la histeria colectiva que puede y suele ocurrir.
Lo que más me impactó del editorial de Jones es su afirmación clara: “one dramatic aspect of epidemic response is the desire to assign responsability”.
Buscar culpables no es lo mismo que establecer causas.
Nuestro próximo comentario acusador, debe ir precedido de un detallado análisis personal. ¿Estoy haciendo mi parte?
Ahora bien, culpables de malos manejos y actos corruptos en esta crisis, si deben ser señalados y en su momento llevados a las instancias que corresponda. Es tiempo de solidaridad, tiempo de compasión, no hay espacio para el abuso y la corrupción.