COVID-19: maestros que recorren mucho más que la milla extra.

Cuando se reporta el primer caso de una persona infectada por COVID-19 en Guatemala, el viernes 13 de marzo del 2020, sabía que era cuestión de semanas para que se suspendiera la actividad escolar. Me equivoqué porque al día siguiente, en conferencia de prensa, el Presidente anunció esa suspensión.

El mismo día me comuniqué con todos los profesores del colegio en el que trabajo para indicarles lo que se venía y la forma en la que podíamos prepararnos. Desde las primeras noticias venidas de China a finales del 2019 este tema comenzó a inquietarme, la inquietud aumentó en el mes de enero y en mi cabeza ya venían dando vueltas algunas ideas pero no terminaban de asentarse. Se asentaron de un solo al escuchar la conferencia de prensa del gobierno el sábado 14 de marzo.

Ya había tenido algunas formas de experiencia en formación no presencial. Conocía algunos de los términos que se utilizan. E-learning, M-learning y B-learning.
Durante cinco años coordiné un programa de formación de postgrado en una modalidad de B-learning que fue una experiencia interesante. Hace dos años casi emprendemos otro proyecto ambicioso de formación de postgrado en esta misma modalidad con la Dra. Mónica Flores, algún día podrá ser, espero yo.
También fui alumno en estas modalidades de enseñanza con la Universidad de Catalunya, la Academia Virepa de la Liga Internacional de la Epilepsia, el BID, la Universidad de Barcelona y actualmente lo soy de la Universidad Europea del Atlántico.
Pues con todo ese background me sentí listo para emprender esta modalidad de formación con los chicos del colegio: ¡QUÉ EQUIVOCADO ESTABA! No es lo mismo, para nada es lo mismo.

El lunes 16 de marzo no tuvimos ninguna actividad con los chicos porque nos encontrábamos planificando todo, intercambiando ideas con los profesores, explorando actividades. Buscamos el medio de comunicarnos e interactuar porque mi principal preocupación era mantener algo que nos ha caracterizado como colegio: EL CONTACTO ESTRECHO.
No pensaba tanto en las actividades como en estar en comunicación. Que los chicos supieran que estábamos presentes y eso ha tenido su precio, alto.

La idea alrededor de lo cual giraba todo era MANTENER EL SENTIDO DE FAMILIA de la institución escolar. Todo lo demás pasaba a segundo plano. Un comentario de Mónica Cordero que me escribió este día, me confirmó que esa visión era correcta: «Los niños no extrañan los libros, las aulas o las instalaciones, ¡extrañan a las personas!»

Ese mismo día lunes 16 o el día anterior, la Maestra Claudia María Lara Galo comenzó a escribir mensajes cortos invitando a ser creativos, estimulando a no sebrecargar a los estudiantes y otros. También coincidía con el mensaje enviado a los profesores del colegio: «necesitamos ser creativos».

¿QUÉ MEDIOS DISPONÍAMOS?
Esa fue la primera investigación. Determinar si había posibilidad de acceso a internet en todas las casas, si tenían un teléfono celular disponible, computadora, etc. ¿Qué había? Eso para decidir las formas de actuar.
Buscar recursos pedagógicos en internet, crear otros, adaptar algunos, etc.

Nos sentimos privilegiados porque todos tenían acceso a internet con algún dispositivo electrónico. La verdad un privilegio muy grande que otros escolares o centro escolares no tienen.

LA ESCUELA TIENE QUE SEGUIR
Si, tiene que seguir, pero esto no quiere decir trasladar toda la actividad académica del aula a la casa. Ese es un grave error que, lamentablemente, están cometiendo muchas instituciones escolares. Los padres son padre, no son docentes y tampoco son nuestros auxiliares. La realidad es que la educación de los hijos es un derecho natural de los padres y ellos confían en nosotros para ayudarles, en consecuencia, los auxiliares somos nosotros.

La escuela tiene que seguir porque da estructura, porque mantiene, dentro de lo posible, la «normalidad» de la vida, las rutinas cotidianas. Pero no puede seguir igual, debe adaptarse a situaciones como el hecho de no tener la supervisión personal, no poder ayudar a enfocar la atención de los chicos y ayudarles a administrar el tiempo, etc.
No puede pretender que los padres se conviertan en los docentes porque ellos tienen que seguir con sus actividades laborales y encargarse de los asuntos de la administración de una casa y una familia.

La escuela tiene que seguir pero siendo una escuela muy creativa, una escuela interesante, una escuela que busca mantener el contacto lo más estrecho posible, una escuela que está para ayudar a dar estabilidad aunque no cumpla con todos los objetivos programáticos. Habrá que priorizar las competencias que se pretenden y olvidarse de las comparaciones académicas interescolares, de los rankings, de cumplir para organismos internacionales, hoy tenemos que cumplirle a nuestros chicos y a sus padres, tenemos que cumplirle a la sociedad, responder a la invitación que se nos hace en relación a ayudar a cuidar de los escolares para que se mantengan en casa y no se contagien de COVID-19 o no sean factor de contagio para otros, que mantengan su salud física y, sobre todo, su salud emocional.

Nosotros decidimos seguir con la escuela en el mismo horario, de 8:00 a 14:00. Sin embargo, varios días nos extendemos más allá de eso. En realidad, casi todos los días nos extendemos más allá de eso.

Muy pronto descubrí que la labor que demandaban en secundaria (básicos y bachillerato) era difícil, compleja, dura, exigente. Pero la de primaria y de preprimaria, oh, eso si que son palabras mayores, son grandes ligas para los maestros creativos.

ENCUESTAS
A los pocos días de iniciar con las actividades pasamos una encuesta a los chicos para determinar si aquello les era funcional. Somos un colegio pequeño, eso nos permite pedir opinión y tomarla en cuenta. Opinan los miembros del personal, los docentes, los alumnos, los padres, no siempre se pueden aplicar sus sugerencias pero cuando se puede, se puede y se implementan.
Luego otra encuesta a los chicos más grandes.
También una encuesta a los padres.
Solamente de esa forma nos ubicamos en la nueva realidad que estábamos enfrentando en la que la experiencia previa algo ayudaba, pero lo más útil era el sentido común combinado con el amor y la pasión por educar. Los errores comenzaron a ocurrir, pero es fácil enderezar el rumbo de un barco pequeñito como nosotros, un barco más grande es más difícil de poner en el rumbo correcto.

Claro, no faltaron las voces insatisfechas, siempre hay quienes están descontentos con algunas cosas, con muchas cosas o con todo. Eran tan pocas y conocíamos sus orígenes, entonces se atendieron pero sabiendo que nada de lo que hiciéramos les dejaría satisfechos. Es tan difícil dirigir y gobernar una institución escolar, confluyen tantos intereses y formas de ver las cosas que hacen de la escuela un mundo complejo.

MI HORARIO DE HOY
Mi horario de hoy como profesor a en una modalidad completamente virtual. Un horario cansado y lleno de satisfacciones. Tanto como el de la compañera, madre de mi discípulo (J Arroyo C María), le digo así porque en un programa de la universidad en la que di clases, ella estaba embarazada, entonces al hijo que esperaba le llamé «mi discípulo». Ella también hoy se batió en Zoom por largas horas, además de muchas otras actividades.

A las 8 de la mañana iniciamos. Media hora antes ya había chicos conectados haciendo preguntas y pidiendo instrucciones. Actividades individuales dirigidas de 8:00 a 11:00. A las 11:00 tuve clase virtual de Biología con bachillerato. A las 15:00 clase virtual de Ciencia Naturales con primero y segundo básico. A las 16:00 clase virtual de Historia con tercero básico, además de un ejercicio de Geografía Universal. A las 16:00 evaluación con los de cuarto y quinto bachillerato.
A las 14:00 mi recreo fue conversar con Andreina Pavone en una entrevista sobre autismo.

Los trabajos terminaron de llegar pasadas las 19:00 horas. Ahora sigue calificar.

Claro que habrá algunos docentes a quienes no les parezca trabajar en esta forma, están en todo su derecho y eso no los hace menos maestros, sus razones de peso tendrán.

Esto es cansado, es agotador. ¿Debemos ponerle orden y limitarnos a nuestro horario? Si, porque sería lo justo. No, porque estamos cumpliendo una misión más allá de la labor docente, estamos siendo factor de estabilidad, minimizando el estrés postraumático de esta situación, apoyando a los padres con actividades para sus hijos y que así el confinamiento de esta cuarentena sea más llevadero, dando otras cosas en qué pensar más que en rumiar sobre COVID-19 desde que nos levantamos hasta que nos acostamos.
Nos estamos agotando los docentes. Si nos estamos agotando, igual que los médicos, paramédicos, personal de laboratorio y de servicio de apoyo de los hospitales, igual que los policías y el ejército, igual que los bomberos, igual que todos esos trabajadores de servicios indispensables que no se han detenido un solo segundo para que todos estemos bien. ¡También somos de los héroes de esta situación!
Les estamos diciendo a nuestros alumnos: AQUÍ ESTAMOS, ESTAMOS CERCA DE TI, PUEDES CONTAR CON NOSOTROS.

Para aquellos que creen que los docentes no estamos haciendo nada, pues es bueno que sepan que muchos estamos haciendo más que lo que antes hacíamos. Pero lo hacemos felices, como siempre.
Para nosotros la docencia no es una ocupación: ES NUESTRA VIDA, NUESTRO GOZO. Vamos con el corazón en la mano, dándolo.

Imagen de Plenilunia

7 Comments

  1. Con el corazón partido de todos lo que acontece en el mundo, pido a Dios todos los días que la humanidad reflexione de que la vida es para ser buenos seres humanos y podamos ser personas de bien, lamentamos las personas que fallecieron a causa de ésta pandemia y suplicamos a todas las demás que se queden en su casa los que pueden hacerlo, también pedimos por el personal de salud que defiende cada vida de los pacientes y todas las personas que se arriesgan a salir por trabajo, felicitó al escritor por dar a conocer su reflexión del tema y poder compartirlo.
    Atentamente
    Licda. Wendy Violeta Joachín Ramos

  2. Felicitaciones, creo que son pocas palabras para todo lo que se hace por los estudiantes. Gracias por dar… Sin esperar… La recompensa es verlos volar muy alto. Ánimo en esa ardua labor.

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