Cuando volvamos a las aulas,
daremos un fuerte abrazo a nuestros chicos,
si no es posible con el cuerpo,
lo será con el alma.
Cuando volvamos a las aulas,
habremos superado la dicotomía de ganar o perder
la pedagogía es la ciencia del enseñar
el resultado debe ser aprender.
Cuando volvamos a las aulas,
daremos clases de muchas formas y muchas maneras,
llenas de color, sonidos, sentires, aprendiendo con vivencias,
gozando el tiempo compartido.
Cuando volvamos a las aulas,
nos veremos con ojos de afecto
nos sonreiremos con sonrisas de victoria
y conversaremos de nuestro ser, la naturaleza y el universo.
Cuando volvamos a las aulas,
haremos ruido y las paredes vibrarán con las carcajadas
el suelo sentirá el ritmo de nuestro baile
celebraremos la vida, celebraremos una nueva escuela.
Tengo un sueño, mi propio «I HAVE A DREAM». Después de esta prueba ya nada puede ser lo mismo, las cosas deben cambiar para bien, para hacer maravillosos, muy maravillosos, los años que como personas o como especie nos queden en este planeta. Este largo retiro espiritual imprevisto, impuesto, debe culminar con nuestra resurrección como seres humanos.
La escuela, la comunidad escolar, espera ansiosa el momento del resurgir de los nuevos humanos. Ya trabajo en una escuela diferente, en una escuela que piensa de otra forma y hace las cosas con el corazón, pero quiero más, mucho más, quiero y sueño con una escuela digna del ser humano. Espero que Dios me conceda verla, si no es así, el solo hecho de haberla soñado ya me deja con el corazón lleno de felicidad. Alguien la hará, muchos la harán, porque somos multitudes esperando este momento y no lo dejaremos irse de nuestras manos.

Todos la soñamos.
Me encantó el artículo publicado, hace un llamado a la conciencia de cada docente para cambiar la forma de hacer las cosas en el salón de clases después de una etapa difícil para la humanidad. Celebrar la vida cuando regresemos a la escuela es una buena idea sería bueno realizarlo en cada una de las escuelas de nuestro país.
Si, celebrar la vida.
Yo también creo y espero que volvamos siendo otros, más empáticos, más entusiasmados y con un sentido más humano de lo que significa ir a la escuela.