
Hans Berger, neurólogo alemán, aplicó la técnica de la electroencefalografía por primera vez a seres humanos. Este tipo de estudios ya había sido realizado por Richard Birmick Caton y Vladimir Vladirimovich Pradich-Nimsky en animales de laboratorio; Pavel Kaufman (1912) y Pradich-Nimsky habían afirmado que la actividad de potenciales eléctricos cerebrales podían recogerse en el cráneo intacto (Palacios, 2002). Fueron las investigaciones de Luigi Galvani en 1770, sobre la actividad eléctrica en algunos tejidos, la que permitió adentrarse a estos científicos en la investigación de este tipo de actividad en cerebro.
Berger sospechó la existencia de alguna actividad eléctrica cerebral y que la misma podría ser detectada mediante la colocación de electrodos en el cuero cabelludo. Realizó estudios en su hijo y verificó la existencia de dos tipos de onda, alfa y beta, que ya habían sido descritos por Pradich Neminsky. El 6 de julio de 1924 es la fecha que se tiene registrada como la del primer electroencefalograma en humanos, fue realizada en Klaus, hijo de Berger; de hecho Kalus colaboró con su padre con los 73 registros que éste le realizó entre los 15 y los 17 años (palacios, 2002)
Berger hizo públicos sus estudios hasta el año 1929 y en los siguientes años publicó los resultados de varias de sus investigaciones. No ganó el reconocimiento de la comunidad científica, más bien sus aportes fueron desacreditados e incluso ridiculizados, hasta el año 1937 cuando presentó sus trabajos en París dentro del marco del 11 Congreso Internacional de Psicología.
En 1941, Berger se suicida como consecuencia de un cuadro depresivo, la situación política y la presión del gobierno nazi (Fresquet-Febrer, 2015). Pasaron algunos años hasta que en los 50’s el electroencefalograma comenzó a ser utilizado como una herramienta de investigación neurofisiológica. Actualmente es el estudio neurofisiológico más realizado.
Berger describió varias ondas y patrones electroencelográficos:
– Las ondas alfa y beta
– La desaparición de las ondas alfas a la apertura palpebral
– Consideró al ritmo alfa como el principal del cortex cerebral
– Describió el EEG en niños y ancianos
– Describió el efecto de algunos narcóticos sobre el registro electroencefalográficos
– Describió ritmos interictales
– Describió los registros de EEG en pacientes con hemorragias, tumores y traumatismos cerebrales.
– Describió el efecto de la hiperventilación en el trazo
– Describió el registro electroencefalográfico en crisis de ausencia (IMP)
AUTISMO Y ELECTROENCEFALOGRAMA
Los años 70’s marcaron mucho en relación a la conceptualización del autismo en base a los aportes de Lorna Wing (triada del autismo) y también los resultados de varios estudios electroencefalográficos que mostraban explicaciones neurobiológicas del autismo, más allá de las que el psicoanálisis proponía para ese momento. Estos son algunos de los aportes de esa época:
– La relación entre esclerosis tuberosa, autismo y epilepsia
– La probabilidad de actividad de naturaleza epiléptica en relación con las regresiones en el lenguaje (Tuchman, 2010)
– Los picos de incremento de la incidencia de epilepsia en autismo: primeros cinco años de vida y adolescencia
– La asociación de espasmos infantiles, patrón electroencefalográfico de hipsarritmia y autismo
– Etc.
Hipsarritmia: patrón electroencefalográfico anormal, desorganizado, cambiante (polimorfo), de alto voltaje en el que se observan ondas lentas, ondas agudas y puntas.
Es uno de los criterios diagnósticos del Síndrome de West, aunque no es exclusivo de este diagnóstico.
¿CÓMO SE REALIZA UN ELECTROENCEFALOGRAMA (EEG)?
Es un estudio sencillo, no doloroso. Actualmente la mayoría de aparatos para su registro son digitales aunque en algunos lugares se continúa utilizando aparatos análogos que imprimen el trazo sobre papel y que ofrecen algunas desventajas (los trazos no pueden ser tan largos, no se dispone de filtros, etc.).
Al paciente le son colocados una serie de electrodos sobre su cuero cabelludo siguiendo un esquema que se denomina Sistema Internacional 10/20. Se colocan en ambos lados del cráneo correspondiendo los números pares al lado derecho y los impares al lado izquierdo, los denominados “z” se ubican en la línea media. Se colocan en las siguientes regiones:
– Fp (prefrontal-frontopolar)
– F (frontal)
– C (central)
– P (parietal)
– T (temporal)
– O (occipital).
Estos electrodos se adhieren al cráneo utilizando substancias adherentes conductoras (pasta conductora). Se utilizan también electrodos de contacto pero son incómodos para el paciente. En algunos casos, especialmente en registros largos o en registro electroencefalográficos de niños se colocan mallas o cascos que evitan que los electrodos dejen de estar adheridos al cuero cabelludo.
El registro puede obtenerse en diferentes montajes que son como formas de ver desde distintas perspectivas la actividad bioeléctrica del EEG de superficie (referencial, longitudinal, transversal bipolar, etc.). Todos los electrodos quedan conectados a un cable que se dirige hacia un aparato amplificador y digilitalizador, luego a una computadora en la que se realiza el registro del trazo, se aplican filtros para evitar algunas interferencias, se selecciona el montaje, etc.
Electrocorticografía: Este es un procedimiento de registro del electroencefalograma en el cual los electrodos se colocan directamente sobre la corteza cerebral. Se realiza durante procedimientos quirúrgicos cerebrales.
Es conveniente que un estudio de electroencefalograma no sea breve. Estudios de pocos minutos aportan muy poco o nada. Cuando menos debe registrarse de media a una hora y lo ideal es disponer de registros que incluyan sueño inducido de forma natural (para lo cual algunas veces se desvela al paciente) o que se registre por largo tiempo desde el atardecer-noche-amanecer, estos últimos son registros muy caros y no siempre es posible hacerlos pero debemos tomar en cuenta que son los ideales considerando que nos aportarán información sobre la actividad de vigilia y la de sueño (las fase I y II de sueño son las más epileptogénicas de manera que siempre deben quedar registradas en un EEG).
Preparación del paciente: debe presentarse al laboratorio de neurofisiología con su cabeza lavada con agua y jabón únicamente. No deben aplicarse gel y ninguna otra substancia en el cabello.
Es recomendable que los niños con autismo visiten el lugar previamente, se les informe lo que realizarán, puedan tocar los electrodos, ubicarse en el lugar del registro, construirle historias sociales al respecto.
El registro de rutina incluye la realización de varias maniobras:
– Ojos abiertos
– Ojos cerrados
– Hiperventilación
– Fotoestimulación a distintas frecuencias
Estas son maniobras de activación al igual que la deprivación parcial de sueño (que resulta útil en muchos casos). La realización de todas ellas puede ser un poco difícil en niños pequeños y en niños o adolescentes que no colaboran con las mismas.
En la medida que avanza el estudio se van registrando actividades propias de la vigilia y del sueño, entre ellas pueden aparecer actividades anormales que adoptan diversas formas. Todo el conjunto del registro es leído por el neurofisiólogo o el neurólogo para poder aportar elementos útiles para el diagnóstico.
Videoelectroencefalograma: es un estudio que registra simultáneamente la actividad del EEG con video del paciente. Permite el mejor estudio de actividad anormal para verificar si tiene algún correlato con la clínica.
¿DEBE REALIZARSE REGISTROS ELECTROENCEFALOGRÁFICOS A TODOS LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES CON AUTISMO?
El registro de EEG se realiza, principalmente, como parte de los estudios del diagnóstico de epilepsia. La Academia Americana de Pediadría no recomienda la realización de este estudio de manera rutinaria a los niños y adolescentes con autismo, esto porque no es suficientemente fuerte la evidencia para adoptarlo como norma. La Academia Americana de Neurología recomienda su realización ante la sospecha de crisis clínicas, subclínicas o regresión del desarrollo. En ambos casos es el criterio del profesional tratante el que determina la conveniencia o no de la realización de este tipo de estudios.
¿ES FRECUENTE LA ACTIVIDAD ANORMAL EN EL EEG DE PERSONAS CON AUTISMO?
En la población general, se estima que hasta 5% puede presentar anomalías electroencefalográficas sin tener actividad epiléptica clínica. Esto en el caso de la población con autismo puede oscilar entre el 15 y el 30% dependiendo del estudio y el tipo de muestra poblacional en el que fue realizado. En el estudio de Akshoomoff et al (2007) encontraron que 32% de sus pacientes con autismo presentaban anomalías en el registro del EEG pero solamente el 3% presentaba actividad epiléptica clínica.
INTERPRETAR EL ELECTROENCEFALOGRAMA
Todo diagnóstico es fundamentalmente clínico. El EEG es un estudio complementario. Debe ser interpretado en el contexto clínico del paciente.
Un electroencefalograma normal no excluye el diagnóstico de epilepsia así como una anormal tampoco lo establece. Aporta información que debe interpretarse en el conjunto de datos que se disponen y nunca aisladamente. Es necesario evitar el abuso o la superficialidad en su interpretación.
CONCLUSIÓN
Es conveniente discutir con nuestro neuropediatra sobre la conveniencia de realizar un estudio electroencefalográfico a nuestros hijos niños o adolescentes con autismo. Este estudio debe ser bien realizado y adecuadamente interpretado para que nos pueda aportar en el tratamiento de nuestros hijos.
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