El mundo universitario te abre a la diversidad de ideas, pero eso no quiere decir que tengas que aceptarlas todas. La academia forma el pensamiento, le da raíces y hace que se extiendan sus ramas en infinidad de direcciones. Consolida la escala de valores propia, da argumentos internos y formas de pensar particulares al mismo tiempo que se vuelve capaz de contemplar los esquemas de otros, de escuchar sus ideas, etc.
Hoy es la moda el discutir en el mundo universitario sobre ideología de género y feminismo, es propio de nuestra época aunque lo primero muy reciente. Pero en ambos temas pareciera que el disenso no es posible para un universitario…
No puede ser que no aceptar la ideología de género o las posturas radicales dentro del feminismo sea indicativo de ignorancia, oscurantismo y desactualización.
La Universidad enseña a ser libre, a tener independencia de pensamiento. A no dejarte colonizar ideológicamente y someterte a ninguna forma de esclavitud. Aceptar ideas impuestas, dejarte llevar por la moda ideológica, por lo «políticamente correcto» no te hace universitario, te hace esclavo ideológico.
La ideología de género y el feminismo radical no son compatibles con mi escala de valores, no los veo como un bien en sí mismos y todos los librepensadores, aún estando en contra de mi posición, tendrían que respetar y defender mi derecho a disentir. Precisamente esa es una de las herencias y huellas que la academia deja en nuestra vida, la universidad no nos cierra el pensamiento, lo abre.
No he vivido mucho, pero si lo suficiente para ver cómo caen algunas ideologías sin sustento.
carlosorellanaayala 