ARMANDO LA CAJITA DE PRIMERO AUXILIOS.

Imagen de Alexas_Fotos en Pixabay.

Quiero disculparme si llame su atención pensando que describiría como armar un boquín para primeros auxilios médicos. Acá abordo una cajita de primeros auxilios para padres de niños con Trastornos del Espectro del Autismo o con otros Trastornos del Neurodesarrollo, también aplicables a niños sin estos diagnósticos.

UNA ANÉCDOTA QUE NO MUY VIENE AL CASO
No sé si esta anécdota venga al caso pero creo que en algo pueda orientar. No topamos con un accidentes en la carretera mientras hacíamos un viaje con mi esposa y nuestros hijos. Paramos para asistir a los heridos pero no llevábamos en el automóvil ningún insumo para ese eventualidad, ni siquiera guantes para protegernos. Nos ingeniamos para utilizar lo que había a mano, fue complejo, sin duda alguna, de haber dispuesto de una caja de primeros auxilios, todo habría sido más simple.

Uno de los lemas de los BOY SCOUT me encanta: «SIEMPRE LISTOS». Bueno, pues quedé con la convicción que siempre debemos estar listos después de haber vivido esa experiencia con el accidente.

PADRES SIEMPRE LISTOS
No sabemos si en algún momento el tráfico se detiene y nos vemos obligados a permanecer dentro del medio de transporte que utilicemos más de lo previsto. Existe el riesgo que nuestros hijos con TEA o algún trastorno del neurodesarrollo comiencen a pasarla mal y terminen pasándola mal si no estamos SIEMPRE LISTOS.
Si la espera se prolonga y llega la hora de comer, el hambre o la sed pueden provocar algunas disregulaciones o verdaderos problemas si no estamos SIEMPRE LISTOS.
Y así muchas situaciones.


¿QUÉ DEBE INCLUIR NUESTRA CAJITA DE PRIMEROS AUXILIOS?
– Algunos alimentos (galletas, comidas empaquetadas) y agua o algún refresco. Solamente debemos estar pendientes de su fecha de vencimientos y cambiarlas con alguna regularidad. Alguna toalla húmeda o papel para limpieza.
– Crayones (lápices de colores), marcadores, regletas con dibujos para repasar, cuadernos o libretas para dibujar, tijeras de punta redondeada, papeles para recortar y algún libro de cuentos.
– Juguetes, rompecabezas, juegos de armar.
– Objetos para ayudar a la regulación sensorial (globos, cepillos, esponjas, guantes de tela, tapones de oídos o audífonos, etc.)

No tiene que ser algo grande, debe ser, en realidad, algo manejable, fácil de portar. Para esto es necesario seleccionar adecuadamente la caja y sus materiales de manera que no resulten voluminosos, no portables o incómodos.

Podemos entregarla una de estas cajitas al encargado del bus escolar si ese es el medio de transporte de nuestros hijos. Cargar una en el automóvil o mantener una de ellas dentro de la mochila escolar, dejar una en la escuela y en otros entornos que podamos frecuentar.

El asunto es que podamos tener acceso a sus recursos en el momento en el que se necesiten, cuando se presenten eventualidades en las que mantener el control resulte importante (siempre es importante mantener el control).

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