JUGUEMOS A DESCALIFICARNOS MUTUAMENTE.

Hace un tiempo, no mucho, concluimos en Guatemala el primer y único curso de profesionalización en LACTACIA MATERNA para médicos (especialmente pediatras), nutricionistas y profesionales afines. Se han hecho muchos cursos de estos por parte de instancias como LA LIGA DE LA LECHE que mantiene programas permanentes de formación, pero este curso al que me refiero tenía la particularidad que era dirigido a pediatras aunque luego se incorporaron otros profesionales. Al final noventa graduados que profundizaron en distintos aspectos relacionados con la LECHE MATERNA HUMANA y LA LACTANCIA MATERNA.
Subí varias fotografías y una de ellas inmediatamente despertó algunos comentarios: la de los profesores coordinadores del curso. ¿Qué ocurría con los coordinadores? Un asunto sencillo, los tres éramos varones (médicos, pediatras y promotores de la lactancia materna). Por el hecho de ser varones fuimos DESCALIFICADOS por algunas personas. Hubo varias profesoras mujeres en el curso y más del 60% de los participantes, ninguna de ellas nos descalificó, la descalificación vino de personas que creo jamás han organizado nada, jamás han enseñado nada, jamás han promovido nada, eso si, tenían multitud de argumentos para descalificar.

Siendo así las cosas:

  • ¿Qué hacen los médicos varones en la ginecología? No son mujeres.
  • ¿Qué hacen los médicos varones y las mujeres que no han sido madres en la obstetricia. Nunca han estado embarazados/as (embarazadxs o embarazad@s dirían algunos, a mi eso no me gusta)
  • ¿Qué hace una mujer médico en urología de varones?
  • ¿Qué hace un pediatra que no ha tenido hijos?
  • ¿Qué hace una persona sin TDAH hablando de TDAH?
  • ¿Qué hace una persona sin esquizofrenia hablando de esquizofrenia?
  • Etc.

Estamos viviendo una etapa de descalificación que roza lo irracional o a lo mejor va más allá de ello.

Bueno, de seguir en ese rumbo la próxima vez que consultemos asegurémonos que el médico tiene el mismo diagnóstico o la misma condición que nosotros.

– Necesito una cita por favor.
– Si, claro.
– Perdone, ¿el médico es migrañoso?
– ¡Por supuesto!
– ¿Es migrañoso medicado o no?
– Si, está medicado.
– Ha, entonces por favor me asigna una cita.

Ya no se necesitan especialidades, ya solamente se necesita que sea un clon nuestro a quien vamos a consultar. Y en los congresos si son de cáncer, que todos los conferencistas tengan cáncer. Si el congreso es de TDAH, que todos los conferencistas tengan TDAH (ojo, también es una condición de vida). En un congreso sobre la biología de los delfines, que solamente los delfines den las charlas…

Estamos jugando a descalificarnos.
Los descalificadores generalmente tienen una características: o saben poco o no saben nada, solamente saben descalificar.

Perdón, esta nota parece no tener sentido. A los entendidos, pocas palabras. Da pena escribir de esto, sin embargo es una realidad cotidiana. Los descalificadores están al acecho.

Imagen de Radio La Red.

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