
En la prisa competitiva de los colegios por enseñar a leer pronto hay varios resultados:
– Muchos niños aprenden a leer
– Los que no aprenden a leer son condenados a ocupar su agenda de tiempo libre con tutorías, evaluaciones y una serie de actividades extraescolares desgastantes. Al final, algunos de ellos son descartados porque no cumplen los estándares del «producto» que pretenden.
Pero hay varias cuestiones de impacto que no suelen medir estas instituciones educativas y que se pasan «desapercibidas» porque no hay pruebas para valorarlo:
– La desmotivación
– El no lograr formar verdaderos lectores
– El rechazo a la lectura
– La falta de gozo al leer.
Ganaron la competencia por enseñar a leer a prisa, pero provocaron la falta de formación de lectores entusiastas, amantes de las letras, de los libros.