
Kandel (Premio Nobel de Fisiología-Medicina) lo explica con total claridad y por ello comienzo este artículo copiando una cita de su libro principios de neurociencias: “las proyecciones monoaminérgicas al asta posterior de la médula espinal descienden desde el núcleo magno serotoninérgico del rafé hasta la línea media de la parte anterior del bulbo, y desde los grupos celulares noradrenérgicos hasta la protuberancia. La activación de cualquiera de estas vías monoaminérgicas puede inhibir la transmisión de información nociceptiva.” Creo que no hay necesidad de detenerse en explicaciones de este texto.
La realidad es que ese primer párrafo fue un poco malintencionado. Es un trozo complejo de entender, un experto en anatomía y fisiología neurológica lo visualizará con mucha facilidad pero esa no es la situación de todos nosotros. La neurología de la sensación y la percepción no son simples, son muy complejas. Y las expresiones conductuales consecuencia de ellas pueden serlo muchísimo más.
No me gustan las posturas reduccionistas o simplistas. El sistema nervioso no es reducido y tampoco es simple. Es realmente complejo. Algunas de sus funciones nos las permite conocer con mucha facilidad, pero otros siguen siendo un profundo misterio para los cuales, a pesar del avance de las neurociencias, seguimos con dudas, incertidumbre o completa ignorancia y a lo mejor nunca logremos resolverlo.
En el sistema nervioso 1 más 1 no es siempre 2. Puede ser 2 en algunos casos, puede ser infinito en otros.
Siento profundo respeto por varios profesionales en esta materia de los Trastornos del Procesamiento Sensorial, un tema que pretende demostrar es complejo con esta serie de artículos. Suelo trabajar a nivel profesional con dos amigos en lo que se refiere a estos aspectos, ellos me ayudan a corroborar sospechas y plantear intervenciones para lo cual carezco de las competencias profesionales suficientes y ellos abundan en eso. Pero a ambos les he escuchado afirmar que no todo se explica por trastornos del procesamiento sensorial y que no se resuelve todo con intervenciones en esta materia. Es más, algunas veces me devuelven las interconsultas respondiéndome que mi sospecha no corresponde al cuadro que se observa de acuerdo a su pericia evaluativa fruto de la experiencia y del conocimiento. ¡Que tranquilidad da ese respaldo profesional y ético!
Es importante que los profesionales preparados en los Trastornos de Procesamiento Sensorial nos muestren los límites de esta ciencia (aunque no estén del todo claros), sus alcances, beneficios y respondan a cuestionamientos que constantemente se formulan y corrijan las afirmaciones erróneas.
En esta serie de artículos (este es el tercero) mi intención es muy clara y no necesito revelarla porque aparece en cada uno de ellos: esto no es simple, esto es muy complejo pero no por ello tenemos que evadir conversar del tema. Es necesario aprender para desterrar algunas ideas, caminar sobre seguro y sentir respeto al momento de hablar del Procesamiento Sensorial y sus trastornos o desórdenes (es lo mismo).
Bien, esa fue una larga introducción y ahora permítame conversar con usted sobre una estructura que a lo mejor poco hemos escuchado mencionar o pocas veces hemos encontrado en los textos que leemos: EL LOCUS COERULEUS (se dice “locus cheruleus”).
Esta pequeña estructura es importante en el mantenimiento del estado de vigilia y en la capacidad de respuesta a estímulos ambientales inesperados (Kandel, 2000). Envía prolongaciones ascendentes a la corteza cerebral y cerebelo, y prolongaciones descendentes al tronco encefálico y médula espinal.
Identificado por primera vez por Félix Vicq-d’Azyr (1784) y descrita posteriormente con más precisión por JC Reil en 1809, esta substancia azul obscuro está implicada en diversidad de funciones:
- Respiración
- Función cardíaca
- Micción
- Motivación
- Atención
- Alerta
- Regulación del ciclo sueño-vigilia
- Aprendizaje
- Respuesta al pánico y al estrés
- Memoria (Glennon, 2018)
Veamos como es un centro en el que puede converger información relacionada con experiencias sensoriales, respuesta a pánico-estrés y más adelante comentaré sobre su implicación en la memoria. Esto nos muestra la compleja relación entre sensación-percepción-emoción al que me referí en el segundo artículo de esta serie.
Su actividad puede mejorar la percepción y este es el punto por el que lo menciono en esta temática que estoy abordando en relación a los Trastornos del Procesamiento Sensorial. Las neuronas del Locus Coeruleus tienen dos tipos de descargas:
- Tónicas: necesarias para mantener un estado prolongado de alerta en las redes sensoriales
- Fásicas: que activan ciertas áreas de una forma más precisa modificando las representaciones sensoriales de acuerdo a nuevos estímulos sensoriales presentados sorpresivamente.
¿En dónde se ubica el Locus Coeruleus? Debí haber comenzado por acá pero lo he dejado para el final. Está ubicado en la región periacueductal (Acueducto de Silvio) en la Protuberancia Anular o Puente de Varolio, una estructura del troncoencéfalo.
Dedicado a Andreina, Oscar y Elaime, doctos en Procesamiento Sensorial. He aprendido mucho de ellos, espero ser buen discípulo y no estar distorsionando sus enseñanzas.
REFERENCIAS
Glennon E, Carcea I, Martins ARPO, Multani J, Shehu I, Svirsky MA,
Froemke RC. Locus Coeuruleus activation
accelerates perceptual learning. Brain
Research 2018; 1709: 39-49.
Kandel ER, Schwartz JM, Jessel TM. Principios de Neurociencia. Editorial Mc Graw Hill Interamericana, México
2000.
ENLACE AL TEMA UNO (El laberinto y el sistema vestibular)
ENLACE AL TEMA DOS (Sentir, percibir y emociones)
https://carlosorellanaayala.com/2019/07/22/sentir-percibir-y-emociones/