
Lo que resulta fácil de constatar es que hay muchos docentes esforzándose, mostrando la mejor voluntad posible para salir adelante y cumplir a cabalidad con su función pedagógica, pero la buena voluntad no resulta recurso suficiente, aunque si indispensable.
Al final lo que resultamos teniendo es un conjunto de docentes, tradicionalmente mal pagados, pero ahora agotados, un tanto desesperanzados y abandonados por un sistema escolar que se muestra muy interesado en mostrar estadísticas a instancias políticas e internacionales sosteniendo su “éxito” en un conjunto de maestros que van saliendo adelante a pesar de no contar con las mínimas e indispensables ayudas.
Los políticos se lucen con sus resultados en la «inclusión escolar» en tanto los maestros son los que se sacrifican. Claro que este sacrificio nos produce gozo, pero no dejar de ser sacrificio. Espero lo sepan apreciar.
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