El número de junio del 2019 de la revista PEDIATRICS (2019, 143(6)) presenta un artículo de Curry y colaboradores titulado TRAFFIC CRASHES, VIOLATIONS, AND SUSPENSIONS AMONG YOUNG DRIVERS WITH ADHD. Su objetivo era analizar las tasas mensuales de accidentes de tránsito, el tipo de accidente, infracciones a las normas de conducir y suspensiones de la licencia en conductores jóvenes con y sin TDAH. Incluyeron 14936 chicos nacidos entre 1987 y 1997 residentes en New Jersey. Algunos datos interesantes:
- La frecuencia de accidentes fue mayor entre los conductores con TDAH, especialmente en el primer mes de tener el carné de conducir
- Los accidentes relacionados al consumo de alcohol fueron más frecuentes entre los conductores con TDAH
- La frecuencia de infracciones fue mayor entre los conductores con TDAH (conducir a mayor velocidad, no utilizar cinturones de seguridad y uso de dispositivos electrónicos mientras conducían).
El TDAH supone un mayor riesgo de accidentes, por ello el tema del acceso al carné de conducir es un asunto que los padres debemos considerar con detenimiento. En relación a ese tema va este artículo.
Accidentes de tráfico y TDAH
Los adultos jóvenes con TDAH tienen más riesgo (hasta tres veces más) de sufrir accidentes de tráfico que los conductores adultos jóvenes y adultos sin TDAH por diversas razones, muchas de ellas vinculadas a la aplicación de juicio crítico-funciones ejecutivas a la hora de conducir (CHADD, 2017).
Obtener el permiso de conducción o carné de conducir es una meta importante para muchos adultos jóvenes (≥ 18 años) y un punto de inflexión en sus vidas. Para poder conseguir esta licencia es necesario superar una serie de retos y poseer competencias necesarias tanto físicas como psicológicas. En el caso de los adultos jóvenes con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) resulta importante tomar en consideración su condición y las áreas donde presentan dificultades, relevantes a la hora de conducir:
– Atención
– Control de respuestas impulsivas
– Planificación
– Autorregulación y automonitorización
– Control inhibitorio
– Etc.
Barkley y cols. estudiaron a 25 adultos jóvenes sin TDAH y 23 adultos jóvenes con TDAH. El conocimiento sobre normas de conducción y procedimientos de conducción no mostraba diferencias en ambos grupos. Durante la ejecución en simuladores, los del grupo con TDAH mostraron más colisiones o roces, direccionamientos erráticos y otros. El grupo con TDAH tenía más historial de multas por infracciones, citaciones a los juzgados, colisiones y eran calificados por otros e incluso por sí mismos como conductores erráticos o no buenos conductores (Barkley, 1996).
Diferentes resultados se obtuvieron en el estudio de Thompson y cols. (2007) que aporta los siguientes datos:
- Incluyeron 364 individuos del «Pittsburgh ADHD Longitudinal Study» y 240 individuos sin diagnóstico de TDAH.
- La diferencia de riesgo entre ambos grupos era mínima.
El estudio de Curry y cols. (Curry, 2017) realizado en 2479 adultos jóvenes con TDAH y 15865 sin TDAH aporta los siguientes resultados:
- La probabilidad de obtener la licencia después de seis meses de ser elegible era 35% menor en la población con TDAH.
- 42.8% de los individuos con TDAH y 35.7% de los individuos sin TDAH habían colisionado durante el tiempo del estudio. El riesgo para los conductores con TDAH era 1.36 veces mayor.
Chang y cols. relacionaron tres variables:
- el diagnóstico de TDAH
- accidentes de vehículos
- tratamiento farmacológico.
En este caso, la población incluida fue muy amplia: 2319450 personas con TDAH.
Interesante el hecho que 51.7% de los sujetos eran de sexo femenino.
Media de edad: 32.5 años.
El riesgo de accidentes de tráfico era 38% menor en los hombres mientras usaban medicamento y 42% menor en las mujeres en la misma condición.
Concluyen que hasta 22.1% de los accidentes de tráfico que involucran a personas con TDAH pueden ser prevenidos si están utilizando tratamiento de apoyo farmacológico.
Aspectos a tomar en cuenta antes de gestionar el carné conducir
Algunas compañías de seguro tienen restricciones o cláusulas especiales para accidentes de tráfico provocados por menores de edad que conducen vehículos, en otros casos, el mismo diagnóstico de TDAH puede ser factor de la exclusión de cobertura. Este tema es importante de considerar, requiere que se revise a detalle el seguro del vehículo, su cobertura y restricciones.
Es importante hacer una intensa labor preventiva desde el entorno antes de obtener el carné de conducir y una vez que la persona empieza legalmente a circular:
- Tiempo suficiente de práctica supervisada con exposición a posibles situaciones.
- Monitorización de ubicación, velocidad y frenados a distancia.
- Asegurar la adhesión al tratamiento farmacológico prescrito. La imprudencia a la hora de conducir (si conducir es necesario), puede considerarse como una indicación de implementación de tratamiento farmacológico si la misma se vincula con las manifestaciones del TDAH.
- Evaluaciones periódicas de la conducción y ejercicios en simuladores.
- Repaso periódico de las normas de conducir.
- Uso de modelos de vehículos con sistemas de seguridad: detector de colisiones frontal y trasero, bolsas de aire, frenos antibloqueo, etc.
- Evitar el uso de dispositivos electrónicos como teléfono celular u otros.
- Evitar videos en la parte frontal del vehículo.
- Utilizar Waze (GPS móvil) y otros dispositivos en `modo voz` para evitar la pérdida de atención mirando a la pantalla.
- Tener los seguros de vehículo y la documentación al día.
- Evitar el uso de motos en calles o carreteras, dar preferencia a los automóviles cerrados de cuatro ruedas.
- Evitar el consumo de alcohol y drogas.
- Evitar fumar mientras al volante.
- Etc.
Conducir: una acción que requiere el buen desarrollo de funciones ejecutivas
Conducir un vehículo en la vía pública es un acto que reclama mucha responsabilidad, es una prueba constante al funcionamiento ejecutivo: atención, control sobre diversos estímulos con capacidad para inhibir los no relevantes, automonitorización, persistencia por metas, autorregulación del afecto, planificación, prever las consecuencias de nuestras acciones, corregir el plan de acuerdo a las variables que aparecen, control inhibitorio, etc.
No se trata solamente de saber aspectos básicos de mecánica, reglas de tráfico o realización de determinadas maniobras, se trata de un ejercicio que demanda nuestros mejores recursos y la capacidad de pensar en el otro (los otros, aquellos con quienes compartimos la vía pública, tanto peatones como conductores).
La oportunidad de conducir puede abrir muchas puertas sociales y laborales a los adultos jóvenes con TDAH. No puede vedarse, tan solo tenemos que tomar algunas precauciones generales y depositar en ellos confianza.
BIBLIOGRAFÍA
Barkley R, Murphy K, Kwasnik D. (1996). Motor vehicle dribing competencies and risk in teens and young adult with ADHD. Pediatrics, 98(6).
Chang, Z., Quinn, P.D., Hur, K., Gibbons, R.D., Sjölander, A., Larsson, H. y Dónocrio, B.M. (2017). Association between medication use for ADHD and risk of mote vehicle crashes. JAMA Psychiatry,74(6): 597-603.
Curry, A.E., Metzger, K.B., Pfeiffer, M.R., Elliot, M.R., Winston, F.K. y Power, T.J. (2017). Motor vehicle crash risk among adolescents and young adults with ADHD. JAMA Pediatrics, 171(8): 756-763.
Curry AE, Yerys BE, Metzger KB, Carey Mem Power TJ. Traffic crashes, violations, and suspensions among young drivers with ADHD. Pediatrics 2019; 143 (6).
Thompson, A.L., Molina, B., Pelham, W. y Gnagy, E.S. (2007). Risky Driving in Adolescents and Youns Adults with childhood ADHD. Journal of Pediatric Psychology, 32(7): 745-759.
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