El DSM-5 y el CIE-11 muestran una línea muy similar en relación a TEA Y TDAH a diferencia de sus ediciones anteriores. Esto muestra el entendimiento que se ha alcanzado sobre ambos diagnósticos, sus manifestaciones y pronóstico.

Tienen algunas diferencias pequeñas pero importantes. En el caso del DSM-5 se plantean criterios, en el caso de CIE-11 se describen características y el criterio profesional (bien formado) es el determinante. Si bien, ambos manuales son de acceso público, su uso requiere de preparación profesional específica y de ello derivan muchos errores de interpretación, en realidad son errores por desconocimiento. Es importante mencionar que tanto el diagnóstico de TDAH como de TEA no se limitan a llenar una serie de criterios que se cumplen o no se cumplen, es mucho más que eso y DSM-5 o CIE-11 son herramientas que los clínicos utilizamos, igual que muchas otras herramientas.
El desconocimiento de la amplitud del aporte de ambas herramientas, así como del procedimiento de diagnóstico, considero que es la causa de muchos comentarios negativos que se leen en publicaciones periódicas, redes sociales, etc. Ese desconocimiento puede resolverse con brindar información apropiada al respecto. Algunas veces los comentarios negativos tienen una intencionalidad que resulta difícil descifrar, en ese caso es complicado resolverlos.
Otro problema que observo frecuentemente es el uso descontextualizado de los términos estadísticos y de salud mental. Cualquier concepto o idea utilizada fuera de su contexto propio puede prestarse a malos usos o malas interpretaciones. Es otro problema frecuente.
¿CÓMO SE PROCEDE EN EL DIAGNÓSTICO?
Tanto el diagnóstico de TDAH como de TEA son diagnósticos clínicos. Se basan en la Historia clínica detallada, la observación e interacción con el paciente. Esto se alimenta de otros datos complementarios que incluyen análisis biomédicos, estudios electrofisiológicos o de neuroimagen, pruebas psicométricas, formularios recogidos de otras fuentes de información, etc.
¿POR QUÉ UTILIZAR LOS MANUALES?
Porque proporcionan un lenguaje común, esto permite la comunicación de información con más facilidad y el entendimiento (consecuencia de la comunicación eficiente). Ordenan la investigación, al entendernos la ciencia avanza más y el beneficio se traduce directamente a las personas incluidas dentro de ambos diagnósticos a los que me estoy refiriendo.
En esta época parece que surgen muchas voces presentando sus términos, a veces buscando imponerlos y no son los términos convenidos. Pues los términos convenidos no son siempre perfectos, a veces son muy imperfectos pero son producto de acuerdo y deben ser cambiados no por ocurrencias sino por acuerdos, solamente así se evita el desorden. En el caso de la terminología relacionada con el TDAH esto no ocurre a la escala que está ocurriendo en el TEA, una situación que debemos considerar peligrosa por cuando nos puede conducir al desorden y a la falta de entendimiento, de pronto cada quien estará diciendo lo que quiere, no sabremos de qué realmente habla o escribe, etc. Además, mucha legislación y acuerdos se sostienen en la terminología acordada y no en modas o tendencias temporales.
Hace algunos años utilizábamos el término RETRASO MENTAL, un término de por sí poco agradable. En el año 2002 se alcanzó un acuerdo como consecuencia de la evolución en la comprensión del concepto de discapacidad y sus distintas dimensiones (no podemos verla en una sola dimensión), el término “Retraso Mental” como resultado del acuerdo fue cambiado a “Discapacidad Intelectual”. En los manuales aparece con su equivalente, relativo, de “Trastorno del Desarrollo Intelectual”. Pero este cambio fue acordado, aceptado como consecuencia del acuerdo y sustituyó a partir de ese momento al término previamente utilizado en las publicaciones, investigaciones y actividades académicas.
Antes de cerrar este subtítulo quiero indicar que el manual de la CIE-11 está diseñado para utilizarse en conjunto con la CIF (ICF o International Classification of Functioning, Disability and Health). De esta forma se tiene una visión biomédica y psicosocial a la vez.
ADEMÁS DE CRITERIOS, ¿QUÉ OTROS ELEMENTOS CONTEMPLAN ESTOS MANUALES?
El DSM-5 contempla criterios, el CIE-11 describe manifestaciones, como ya anoté anteriormente. Veamos cómo procede DSM-5 a forma de resumen.
En el caso del TDAH
- Criterios A 1: se refiere a los criterios de inatención 9 en total, deben cumplirse al menos 6 en niños y 5 en adultos.
- Criterios A 2: se refieren a los criterios de Hiperactividad (6) y de Impulsividad (3). Deben cumplirse al menos 6 criterios en niños y 5 en adultos.
- Criterio B: se refiere a la edad de manifestación de los síntomas-signos (antes de los 12 años para algunos de estos)
- Criterio C: los síntomas-signos deben observarse en dos o más contextos
- Criterio D: la presencia de esos síntomas-signos muestra claramente que producen disfunción social, académica o laboral
- Criterio E: estos síntomas-signos no son explicados por otro diagnóstico.
En el caso del TEA:
- Criterios A: referidos a la comunicación e interacción social
- Criterios B: referidos a la presencia de patrones estereotipados y/o restrictivos de conducta
- De ambos criterios debe especificarse la gravedad actual, es lo que se refiere al nivel o grado 1, 2 y 3.
- Criterio C: los síntomas-signos deben estar presentes desde la etapa inicial del desarrollo (primeros seis años de vida)
- Criterio D: se refiere al deterioro significativo en el funcionamiento habitual
- Criterio E: los síntoma-signos no se explican por otro diagnóstico.
Una observación importante es que DSM-5 explica, con claridad, que estos criterios que anotan son ejemplos ilustrativos pero no exhaustivos.
Pero, además de ello aportan otros datos tanto para TDAH como para TEA:
- Procedimiento de registro o de codificación. Sirve para dar un código de utilidad para las estadísticas institucionales, nacionales y mundiales en relación a la salud.
- Especificadores
- Características diagnósticas
- Características asociadas que apoyan el diagnóstico
- Prevalencia
- Desarrollo y curso
- Factores de riesgo y pronóstico
- Aspectos de diagnóstico relacionados a la cultura
- Aspectos de diagnóstico relacionados al género
- Consecuencias funcionales
- Diagnóstico diferencial.
En el caso del CIE-11 la información que aporta incluye:
- Definición o conceptualización
- Características esenciales requeridas
- Límites con el desarrollo normal o típico
- Límites con otras condiciones
- Curso
- Características asociadas
- Características culturalmente relacionadas o asociadas
- Presentación evolutiva o de desarrollo
- Características relacionadas el género.
CONCLUSIÓN
Tres son las ideas con las que termino este artículo, espero que no resulten incómodas para algunas personas, sencillamente expongo una realidad que no es producto de mi interpretación sino un hecho concreto; mi afán al escribir es informar y compartir.
- Tanto CIE-11 como DS-5 son herramientas de apoyo cuyo uso e interpretación requiere de la preparación profesional pertinente.
- El criterio clínico es siempre determinante, los manuales son ayudas al profesional.
- CIE-11 está diseñado para utilizarse en conjunto con la CIF y así tener acceso a un modelo de interpretación biomédico y psico-social a la vez.
Espero que esto sea de ayuda para entender que ambos manuales no son una colección de criterios diagnósticos, van mucho más allá de ello, pero como claramente especifican: NO SON EXHAUSTIVOS.
Gracias por enriquecer nuestro criterio y apoyarnos con la adquisición de conocimiento, admiro su elocuencia y la manera de expresarse.
Agradezco que dedique tiempo a leer estas notas. Un abrazo y bendiciones.