Kua’nu y otros proyectos.

Lili me contactó antes del Congreso de Autismo de Monterrey de noviembre del 2018. El primer contacto fue una exploración para evaluar la posibilidad de compartir con ellos en un programa de formación que realizan bajo la cobertura de la Universidad Autónoma de Coahuila. Lo primero que hice fue ir a ver en dónde quedaba Coahuila y su capital Saltillo. Coahuila de Zaragoza y la Villa de Santiago de Saltillo.

Poco a poco se fue definiendo el papel que me invitaban a realizar junto al equipo de Kua’nu. Un mes antes estaba todo definido aunque, para ser muy claros, fue la semana previa cuando terminé de comprender todo el contenido de un programa intenso que habían preparado. 
Así llegué a Monterrey, ciudad que había tenido la oportunidad de visitar unos meses antes solamente que esta vez era solo punto de llegada y paso. Hacia las tres de la tarde estaba llegando a Saltillo y me sentía como en casa, el paisaje muy parecido a la zona de Guatemala de la cual soy originario (El Jícaro, El Progreso). Y el encuentro con Lili para comer cabrito, un caldo de cabrito que estaba delicioso, nachos con guacamole y una salsa picante muy agradable. Terminamos de coordinar algunas cosas y me llevó al hotel. ¡Que señora tan amable!

Del hotel a la sede de Kua’nu, un lugar puesto con mucho amor. Uno siente eso, me refiero al “amor”, se ve en los detalles, en el trato, en el rostro de los niños con quienes me encontré en el lugar y de los terapeutas, todos con una contagiosa sonrisa juvenil llena de energía. ¡Pilas cargadas para ese momento! Entre tanta gente positiva terminas cargado positivamente.

Al día siguiente inició la aventura académica. Visita y conferencia en el CAM. Alrededor de 60 docentes de educación especial escuchando sobre el complejo mundo sensorial de la escuela, preparar a la escuela para los niños con autismo y el abordaje de dificultades conductuales. Un lugar extraordinario, lleno de personas con mente abierta, me hicieron sentir en el cielo. De hecho el techo del salón estaba pintado con un cielo azul y hermosas nubes blancas, me recordaron al color que identifica las campañas del autismo (azul) y lo ilimitado del cielo, sin fronteras, sin barreras de ningún tipo, un lugar ideal para hablar de autismo. Otra carga positiva. Para este momento mi visita a Saltillo se había convertido en una transfusión de emociones y ganas de luchar (yo recibía la transfusión, claro está).

Por la tarde el encuentro con padres de familia. Un grupo de madres y padres inquietos, con muchas preguntas y comentarios. Un escenario para aprender sobre la necesidad que tienen los padres de ser escuchados por sus médicos y su petición clara de atender a sus dudas. Pasamos un poco más de dos horas dialogando abierta y sinceramente.

El día terminó en un restaurante de lo más interesante. Un lugar que mostraba la cultura mexicana en sus paredes y en su deliciosa comida. Visita obligada a la catedral y al palacio de gobierno. Pasar saludando a Jesús Sacramentado era vital al igual que agradecerle por esta maravillosa oportunidad de aprendizaje y crecimiento personal.

Y al día siguiente el reto que no sabía si sería capaz de superar. Dar ocho horas seguidas de conferencias. Bueno, repartidas en cuatro y cuatro, separadas por 45 minutos para comer.
Realmente no fue complejo, con un público tan atento y deseoso de aprender y compartir, podría haber pasado muchas más horas.

El día terminó probando una delicadeza local: tacos de discada. El olor penetró mi ropa, mi nariz, mi cerebro y mis emociones. Me arrepiento ahora de no haber comido más de esa deliciosa cena preparada por el esposo de Lili.
Y tarde en la noche de vuelta a Monterrey para esperar el vuelo al día siguiente, temprano en la mañana. Tenía que estar en el aeropuerto a las 6:00 y mis ojos se abrieron con la luz del sol a las 6:12. Llegué directo a abordar el avión, casi me quedo.

Kua’nu queda guardado como un recuerdo de una experiencia de aprendizaje extraordinaria. Aprendí mucho en esas 48 horas en Saltillo. El centro tiene un equipo fenomenal que poco a poco va dando vida a numerosos proyectos de servicio, educativos, terapéuticos y pronto a un Alebrije. Gente joven convirtiendo sus sueños en realidad. En una realidad de entrega.


Y por si eso fuera poco, además conocí a Los Gabos y compartí un momentito con ellos y con Maribel, una amiga muy querida. 

1 Comment

  1. Doctor, gracias por compartir su experiencia. Para nosotros también fueron días de gran aprendizaje. Nos sentimos agradecidas de corazón por haber aceptado venir, con todas las implicaciones que tuvo. Le mandamos un abrazo.

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