El ingrediente secreto de la intervención implementada por los padres es el amor. Su efecto inmensurable, no hay escalas para valorarlo y jamás podremos inventarlas.
Empoderar a los padres es deber de todos nosotros los profesionales. Si queremos ver a nuestros pacientes avanzar y alcanzar grandes logros el camino incluye dejar de lado nuestro protagonismo y dárselo a quien realmente corresponde: al paciente y a sus padres.
Médico y Cirujano (Universidad de San Carlos de Guatemala)
Especialista en Pediatría (Universidad de San Carlos de Guatemala)
Neurólogo Pediatra (Universidad de Navarra, España)
Especialista en Neurodesarrollo (Universidad de San Carlos de Guatemala)
Trabaja en la Unidad de Neurología, electrofisiología y desarrollo de Guatemala.
Coordinador del Consejo Directivo del Centro Escolar FAMORE
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