
Se afirma, casi de manera absoluta y contundente, que los individuos adultos con TDAH muestran pobre desempeño laboral, acceden a trabajos de menor categoría laboral y su estatus socioeconómico es menor que el de sus compañeros. Esta opinión se ha sostenido desde el estudio publicado por Mannuzza et al (1993) en Archives of General Psychiatry y se ha replicado en estudios posteriores afirmando lo anterior, además de agregar que asocian conducta antisocial (18%), trastorno por uso de drogas (16%), desventajas vocacionales y educacionales, etc. Otro estudio (Biederman, 1996) concluye que los niños con TDAH están en alto riesgo de desarrollar una serie de desajustes que puedan afectar diversos dominios desde la perspectiva psicopatológica; cognición, interpersonal, escuela y funcionamiento familiar.
Creo que este estudio y otros parecidos se hicieron con personas con TDAH que no lograron adaptarse a su entorno o modificar su entorno hasta el punto de desarrollarse plenamente, alcanzar diversas metas en la vida y ser personas productivas, elementos que aportan a la sociedad. ¿Cuál es la diferencia entre uno y otro? ¿Por qué unos logran no aparecer en esas estadísticas negativas que algunos estudios presentan? No son pocas las historias de escolares con TDAH que tienen un excelente desempeño una vez concluyen la etapa escolar.
Todos nos hemos topado con personas a quienes vemos en la frente el rótulo “TDAH” y que están viviendo una vida plena, alcanzando metas, cumpliendo retos y llenos de satisfacción. Claro que también enfrentan dificultades, problemas de diversa envergadura, pero salen adelante y cada noche se acuestan cansados pero satisfechos de la jornada, cuando despiertan al otro día están listos para la batalla. ¿En qué radica la diferencia? La respuesta a esta pregunta sería el mejor de los tratamientos que podemos ofrecer a las personas con TDAH, como tengo ese deseo tan poderosamente latiendo junto con mi corazón, voy a especular un poco, la clave está en dos aspectos: INTERVENIR LO MÁS TEMPRANO POSIBLE E INTERVENIR SOBRE EL CONTEXTO.
Obviamente el abordaje de una persona con TDAH requiere visualizarlo e tratarlo desde distintas perspectivas, no dejar de lado las frecuentes comorbilidades, implementar los apoyos farmacológicos cuando resulten necesarios, mantener higiene de vida en general (alimentación, deporte, sueño, etc.)
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE INTERVENIR TEMPRANAMENTE?
Porque se evitan una serie de experiencias negativas que van dejando su huella en forma de autoestima y autoconcepto deteriorados, experiencias frustrantes de no logro, mensajes negativos y oportunidades que se cierran por causa de la exclusión. Cuanto más pronto en la vida se desarrollen habilidades que permitan un mejor funcionamiento ejecutivo, mejor desempeño social y académico, mejores serán los resultados.
Dejar la intervención del TDAH al tiempo (porque no se diagnosticó o porque no se quiere aceptar el diagnóstico) significa exposición a experiencias negativas que van marcando a la persona, mermando su capacidad de expresar su potencial porque le hacen creer que no puede, que es malo, que se porta mal siempre…
¿Y POR QUÉ EL ENTORNO?
Porque somos la expresión de nuestra carga genética, la influencia del ambiente (ENTORNO) y el ejercicio de la libertad con la que hemos sido dotados como parte de nuestra naturaleza humana.
El entorno condiciona mucho de la conducta. Todos sabemos que un entorno estimulante tiene impacto positivo en la conducta y el aprendizaje. No entiendo por qué si todos sabemos eso nos empeñamos en forzar a las personas a encajar en un determinado ambiente y no en buscar adaptar ese entorno a la persona. Que no siempre podemos modificar el ambiente a nuestro favor, está claro que así es, no siempre se tiene esa oportunidad, pero si la oportunidad se tiene por qué no aprovecharla.
La experiencia de ver funcionar maravillosamente a un chico con TDAH en un contexto favorable es algo que llena de satisfacción. Así como también duele ver a niños con TDAH forzados a permanecer en contextos adversos como puede ser una determinada escuela por cuestiones de prestigio social, ranking o tradición familiar: ¡no es la escuela para ellos aunque lo haya sido para su padre y su abuelo!
Termino con una cita de Lasky y colaboradores (2016): “In highly stimulating contexts – those that provide novel, challenging, and fast-paced tasks with concrete feedback and incentives-individuals are able to engage in tasks productively. It is as if they are no longer impaired by ADHD at least, as we traditionally understand the disorder”
Hay muchas historias de éxito en personas con TDAH. Si a ellos les preguntamos la razón por la cual su vida no tuve el triste desenlace que algunos han profetizado, nos dirán, con mucha probabilidad, que ellos pudieron construir o lograron encontrar el entorno en el cual lograron su mejor adaptabilidad y desempeño. Cambiemos contextos, así como los describen Lasky y colaboradores y veremos tremendos milagros, vidas transformadas. Entornos que proveen novedad para mantener encendida la motivación, retadores, cambios frecuentes de actividades y retroalimentación con incentivos de diverso tipo.
BIBLIOGRAFÍA
Lasky AK, Weisner T, Jensen S, Hidshaw SP. ADHD in context. Social Sciencie and Medicine 2016; 161; 160-168.
Biederman J, Faraone S, Milberger S, Guite J, et al. A prospective 4-year follow-up study of attention-deficit hyperactivity and relates disorders.
Mannuza S, Klein RG, Bessler A, Malloy P, LaPdula M. Adult outcome of hyperactive boys. Educational achievement, occupational Rank, and psychiatric status. Archives of General Psychistry 1993; 50(7): 566-576.