¿QUÉ HA OCURRIDO CON LOS ADULTOS CON TDAH? ¿Por qué son menos que los niños si es un diagnóstico persistente en el tiempo?

   El TDAH es un trastorno del Neurodesarrollo que afecta de 3 a 7% de la población en edad escolar.  En algunos grupos sociales postergados la prevalencia puede ser más alta, llegando a 10% o más de los menores en edad escolar.  Algunos datos reportan prevalencia mundial que ronda al 5%, algunos datos de Estados Unidos reportan 10.2%, el CDC (2016) reporta 6.1% y 9.4% que en algún momento recibieron este diagnóstico en el año 2016, es decir más o menos similar alrededor del mundo.   En el caso de los adultos, se reporta prevalencia de 2 a 3%. 

   Si afirmamos que el TDAH es una condición persistente y la prevalencia en la edad escolar oscila entre 5 y 6% (tomando datos de EEUU), vemos entonces una diferencia con el 2 a 3% que se reporta en la edad adulta.  ¿Qué ha pasado con esa diferencia de 3%?  Suena poco 3% pero cuando nos damos cuenta que representa el 50% de los casos entonces ya la diferencia no es tan pequeña.  ¿Qué se han hecho ese 50% de adultos que de escolares recibieron el diagnóstico de TDAH y de adultos no?  ¿Es persistente o no, si se pierden la mitad?  Algunos autores (Faraone, 2006) consideran que no existe tan disminución en la prevalencia sino infraestimación de la prevalencia real.

   Otro problema que se presenta para el diagnóstico y seguimiento de adultos es que aplicamos a ellos los mismos criterios pediátricos con ligeras modificaciones.  El TDAH del adulto no es el TDAH de los niños en una persona mayor, al menos en todas sus expresiones.

   Las manifestaciones de inatención suelen persistir a lo largo de la vida con ligeros cambios, algunas veces la hiperactividad-impulsividad disminuye a lo exterior pero persiste internamente.  El TDAH en el adulto puede pasar desapercibido para el diagnóstico, sin embargo puede causar importantes dificultades que terminan atribuyéndose a otras situaciones, condiciones, enfermedades o trastornos.

¿SE CURARON ESE OTRO 50% DE ADULTOS QUE HABÍAS SIGNO DIAGNOSTICADOS DE TDAH?

   No, no se curaron porque ese concepto de “curación” no cabe dentro de algunos de los Trastornos del Neurodesarrollo.  El TDAH no es una enfermedad, no se cura.  En este caso lo que sabemos es que este otro porcentaje de adultos que han “dejado” el diagnóstico, han aprendido a funcionar en sus contextos. 

   El anterior párrafo nos muestra un dato relevante: en los trastornos del neurodesarrollo el contexto es determinante en su expresión, en el grado de funcionalidad y adaptación.  Es decir que el tratamiento no debemos enfocarlo solamente en la persona sino también en sus respectivos contextos.

   ¿Qué hicieron?

  • Se adaptaron a su contexto.  Funcionan en esas condiciones con diversos grados de adaptación y con diversos grados de expresión de su potencial.  Dejan de recibir el diagnóstico por cuanto no expresan disfunción.
  • Tuvieron la oportunidad de diseñar su propio contexto.  Construyeron el entorno en el cual logran la mayor funcionalidad y adaptabilidad posible.  Dejan de recibir el diagnóstico por cuanto no expresan disfunción.
  • No se adaptaron, disfuncionaron, se presentó otra problemática o comorbilidades y actualmente están siendo abordados bajo otro diagnóstico y no bajo su diagnóstico primario.  Las comorbilidades tomaron el protagonismo.  Siguen disfuncionando al quedar su TDAH relegado, sin diagnóstico y sin tratamiento.

ADULTOS QUE MODIFICAN SU ENTORNO

   Algunas personas con TDAH al llegar a la vida adulta han ido construyendo un entorno que les resulta favorable.  Esto hace que las manifestaciones de inatención, hiperactividad e impulsividad disminuyan y dejen de ser causa de deterioro del rendimiento académico/laboral y/o social.  Generalmente son adultos que entraron a esta edad acompañados por sus padres o terapeutas y que fueron tratados (con diferentes modalidades) a lo largo de la vida.  Recibieron orientación y apoyos que les permitieron acomodar su vida a su diagnóstico de base y lograron salir del “trastorno” pero, dependiendo de las circunstancias, pueden expresar en mayor o menor grado algunos de los signos o síntomas característicos.  Pueden cursar por períodos breves de inestabilidad pero al haber asimilado rutinas de vida y mantener su entorno estructurado, logran retornar a un nivel basal funcional.

   Pueden optar por determinadas carreras profesionales (universitarias o técnicas) que permiten laborar en espacios más abiertos, cambiando de actividades, con exigencias más razonables, etc.  Otras veces optan por carreras que mantienen fuerte presión que les mantiene en un estado constante de alerta y excitación que les permite ser exitosos o al menos alcanzar funcionalidad suficiente.  El deporte, por ejemplo, practicado profesionalmente es una salida muy efectiva y llena de satisfacciones.

   Servicios de coaching pueden ser de gran utilidad para alcanzar esta modificación personal del entorno y la adaptación al mismo, con buen rendimiento en las tareas que ese entorno reclama.

CAMBIO DE DIAGNÓSTICO SIN RESULTADOS SATISFACTORIOS

   Al igual que en otros trastornos del desarrollo, la transición de la consulta pediátrica a la consulta de adultos tiene impacto muy fuerte.  Parte de ese impacto se debe al frecuente cambio de diagnóstico que experimentan las personas.  El tema del TDAH en la vida adulta no está tan investigado como el TDAH en la edad pediátrica, no suele aparecer en publicaciones de salud mental de adultos como lo hace en las de pediatría, tampoco es frecuente su abordaje en congresos profesionales de la medicina de adultos. 

   Es frecuente que la atención se centre en lo que previamente consideramos como cuadros comórbidos y el núcleo central del TDAH quede sin ser atendido.  Esto trae consecuencias importantes: problemas con la ley-autoridad, inestabilidad familiar, inestabilidad laboral, menor expresión del potencial personal, accidentes, consumo de substancias, alcoholismo, actividades de alto riesgo, etc. 

¿CÓMO EVITAR CONSECUENCIAS NEGATIVAS?

   Lo fundamental es abordar decididamente el TDAH durante la edad pediátrica y a medida que se acerca la edad adulta ayudar a preparar posibles escenarios, orientación vocacional, apoyarse en programas de coaching, etc. 

   Esto nos alerta a que tenemos que tener planes concretos de intervención durante la niñez y adolescencia, ponerlos en práctica, hacer proyecciones a futuro, desarrollar habilidades, adquirir hábitos, los padres y la persona con TDAH necesitan profundizar en el conocimiento de su diagnóstico.  Esto implica: seleccionar las terapias apropiadas, buscar la escuela que mejor se adapte, introducir los apoyos farmacológicos cuando se consideren pertinentes, asesorarse apropiadamente y formarse a profundidad.

   El TDAH no puede tomarse superficialmente, se requiere seriedad porque sus implicaciones son persistentes.  Hagamos que sean persistentes los aspectos positivos.

BIBLIOGRAFÍA

CDC, 2016.   How many children have ADHD?   https://www.cdc.gov/ncbddd/adhd/data.html  Acceso: 3 de febrero de 1967.

Faraone, S.V., Biederman, J., Mick, E.    The age-dependent decline of attention deficit hyperactivity disorder: a meta-analysis of follow-up studies.   Psychol. Med. 2006; 36 (2): 159e165.

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