Scott Turansky y Joanne Miller recomiendan seis puntos para actuar con niños que han perdido el control, están furiosos o desorganizados conductualmente:
1. Identificar las señalas que revelan que el niño está a punto de perder el control.
2. Ayudar a reconocer a los niños estas señales y sus distintos disfraces.
3. No discutir con un niño cuya conducta se ha desorganizado.
4. Hacer un análisis de la situación una vez ha vuelto a la calma.
5. Enseñar propuestas constructivas y formas apropiadas de expresión del enojo o la frustración.
6. Si durante un incidente se han dicho palabras hirientes o causado daño a otro, es necesario pedir perdón (no es pedir disculpas sino mostrar claro arrepentimiento y propósito de enmienda).