La soberbia es el mal primero. Esas ganas de ser «como Dios». Y cuando nos queremos atribuir su gloria caemos en la misma trampa que el enemigo le puso a Adán y a Eva.
Es un engaño que atrae y mucho, pero deja mal sabor.
Escuela, desarrollo, conducta, aprendizaje y vida cotidiana.
La soberbia es el mal primero. Esas ganas de ser «como Dios». Y cuando nos queremos atribuir su gloria caemos en la misma trampa que el enemigo le puso a Adán y a Eva.
Es un engaño que atrae y mucho, pero deja mal sabor.